¡Cuidado, emboscada!

¡Cuidado, emboscada!

Rejavam le colocaron una trampa y cayó en ella. Si hubiera logrado comprender lo que preparaban en su contra, y hubiera adoptado una forma de comportamiento humilde y sabia, el reino habría quedado en sus manos.

El pueblo se reunió para coronar a Rejavam. Aparentemente, era éste un evento lindo y digno para adularlo, pero el mismo era totalmente innecesario. Rejavam era el heredero indiscutible de Shlomó, y no requería ser coronado. Rejavam era el hijo del rey y no se unge a un rey hijo del rey, salvo que existan divergencias. Los grandes honores que el pueblo le concedió a Rejavam, eran dudosos, los cuales venían a colocar un signo de interrogación sobre su reino y lo comprometió a necesitar un reconocimiento renovado por parte del pueblo.

El traslado del evento de Ierushalaim a Shjem no fue casual, sino una emboscada planificada. Shjem está situada entre Efraim y Menashé, es la ciudad de los hijos de Iosef, y allí está su tumba.De este modo, el pueblo estableció un hecho nuevo y presentó un centro nuevo y alternativo a Ierushalaim. Cuando Rejavam fue conducido por el pueblo y actuó en sus términos y se dirigió a Shjem, en un principio, se vio en desventaja.

A la cabeza de la delegación de Israel estaba Yarovam. Poner al rebelde fugitivo encabezando la comitiva fue una medida deafiante. Se presentó ante Rejavam sin solicitar el perdón al rey por su rebelión contra Shlomó. Las intenciones de Yarovam ya eran sumamente conocidas, y por consiguiente, las condiciones y la tendencia de la delegación no deberían haber representado una sorpresa.

Rejavam actuó como si se tratara de una inciativa inocente y espontánea y no que una mano maliciosa dirigió los acontecimientos. No obstante, hubo quienes leyeron lo que estaba sucediendo y prepararon los pasos siguientes. Este factor invisible preparó a las diversas fuerzas y convocó a quien debía fijar el rumbo.

Lo novedoso estaba en el hecho de que también en esta fase, el pueblo aún no estaba maduro para la rebelión. La comitiva solicitó con auténtica convicción que se facilitara el trabajo. Si Rejavam hubiera accedido al pedido, habrían quedado conformes. Sólo después de que Rejavam tiró demasiado de la cuerda, se consumó la división y llegó la separación.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Mikdash Melej-Iyunim beSefer Melajim”, de ediciones Midreshet HaGolán.

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