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Preguntas clásicas

 ¿Cómo llegó la gente a adorar ídolos? (v. 26)

RAMBAM: En los días de Enosh, la gente cometió un grave error, y

el consejo de las personas sabias degeneró en necedad... Su razonamiento

errado fue que dado que Dios creó los cielos y las esferas

como parte de la naturaleza, y los colocó en las alturas, dándoles

dignidad, y puesto que ellos [los cielos y las esferas] son sirvientes

que sirven a Él, sería apropiado alabarlos, glorificarlos y honrarlos.

[Ellos sostenían que] es la voluntad del Todopoderoso que el hombre

engrandezca y dignifique a aquellos que engrandecen y honran

a Dios, de la misma forma que un rey desea honrar a los sirvientes

que le sirven – tal es el honor de un rey... Esta es la base fundamental

de la idolatría... Sin embargo, ellos no negaron la existencia de Dios

diciendo que solo existe tal y cual estrella...

Luego de cierto tiempo, surgieron los profetas de la mentira y dijeron

que el Todopoderoso les había ordenado servir a tal y cual

estrella, traerle sacrificios a ella, ofrecerle libaciones y construir un

templo que contenga su forma, para que toda la gente –incluidos

mujeres, niños e ignorantes– puedan prosternarse a ella. Cada uno

de estos profetas dio a conocer una forma que él mismo había

inventado, y decía que era la forma de tal y cual estrella que se le

había dado a conocer en una profecía. De esta manera, la gente

comenzó a hacer figuras en los templos, debajo de árboles y en las

cimas de montañas y colinas, y se congregaban y prosternaban a

ellas. Los profetas dijeron que era una forma que traía el bien y el

mal, y que era adecuado servirle y temerle. Dijeron que mediante

este servicio uno se multiplicaría y sería exitoso, y dieron instrucciones

respecto de qué se podía hacer y qué no. Otros profetas de

la mentira empezaron a hacerse conocidos, y dijeron que la estrella

misma, o esfera o ángel, les hablaron de cómo se los debía servir y

qué se podía hacer o no. Esta cuestión, es decir la adoración de

formas en diferentes maneras, la ofrenda de sacrificios a ellas y el

prosternarse a ellas, se propagó por todo el mundo. Debido al paso

del tiempo, el Nombre honrado y que induce al temor fue olvidado

por toda la naturaleza, y no era reconocido. Todos, mujeres y niños

incluidos, solo conocían sus formas de madera y piedra, y los templos

de piedra, ante los cuales, desde la infancia, fueron educados

a inclinarse, adorar y utilizar su nombre para juramentos. Los sabios

entre ellos, como los sacerdotes, imaginaron que no había Dios,

sino solo las estrellas y las esferas, por las que hicieron figuras

representativas. Pero en cuanto al Creador, no había ni una sola

persona que Lo reconociera, excepto algunos individuos, como Janój,

Metushélaj, Nóaj, Shem y Éver. Las cosas continuaron así hasta

que nació nuestro Patriarca Avraham, el pilar del mundo”.

(Mishné Torá, comienzo de las Leyes del Culto Idólatra)

Toraj Menajem

LOS COMIENZOS DE LA IDOLATRÍA (V. 26)

Rambam describe la evolución de la idolatría a través de los siglos. Pero

si bien es muy interesante de leer, este pasaje parecería pertenecer más

a un libro de historia. El Mishné Torá de Rambam es un libro estrictamente

halájico (como el propio Rambam escribe en su introducción a la

obra), por lo que podemos suponer que toda la información provista aquí

tiene una fuerte connotación halájica, crucial para comprender la prohibición

de adorar ídolos.

Además, hay una serie de dificultades con la descripción de Rambam:

Rambam omite aquí el hecho de que Dios ordenó a Adam HaRishón,

el primer hombre, que ni él ni sus descendientes adoren ídolos (véase

arriba, pág. 19, “La Última Palabra” sobre 2:16). ¿Cómo pudo omitir un punto

tan crucial?

Además, ¿por qué llama Rambam “error” a la idolatría (“En los días de

Enosh, la gente cometió un grave error... Su razonamiento errado fue...”)?

Ciertamente, ¡esta idolatría era mucho más que un mero “error”! ¡Era un

pecado grave, una rebelión contra Dios y un acto de absoluta herejía!

LA EXPLICACIÓN

Rambam nos está enseñando aquí que la idolatría, si bien una prohibición

de índole práctica, se basa en un mal juicio filosófico, un “error”.

Por lo tanto, para que una persona no llegue a adorar en la práctica a un

ídolo, no le basta con apenas contenerse. Más bien, debe entender los

falsos conceptos en que se basa la idolatría.

Por lo tanto, Rambam describe en detalle cuál fue concretamente el

error, por qué es infundado y cómo un error condujo a otro. Solo

comprendiendo este error, la persona puede tener una base firme que la

protegerá de la tentación de adorar ídolos.

En consecuencia, no hubiese tenido sentido mencionar que a Adam

HaRishón se le ordenó no adorar ídolos, pues toda la finalidad de este

pasaje de Mishné Torá es enseñarnos que, ante todo, la persona debe

llegar a la conclusión lógica de que Dios no concedió a las esferas

celestiales libre elección alguna, y que estas son simplemente como “un

hacha en la mano de un leñador”.

(Basado en Likutéi Sijot, vol. 20, pág.17 y ss.)