Alrededor del momento en el cual murieron 70 hombres de Beit Shemesh, también murieron 50.000 hombres en toda la tierra de Israel-ellos también por causa del arca, pero no por haberlo visto, sino porque no lamentaron su pérdida.
En el versículo 19, está citado: “E hirió a los hombres de Bet-Shemesh porque habían mirado el arca del Señor. De todo el pueblo hirió a setenta hombres y cincuenta mil hombres, y el pueblo lloró porque el Señor había herido al pueblo con una gran plaga “.
El lenguaje del versículo es de difícil comprensión: el número aparece escrito de un modo para nada común: “setenta hombres y cincuenta mil hombres” en lugar de cincuenta mil setenta hombres”, y además: ¿Acaso había en la ciudad de Beit Shemesh tantos hombres que vieron el arca y murieron?
Parece ser que a fin de entender el versículo, debemos dividirlo en dos partes paralelas:
E hirió a los hombres de Beit Shemesh-setenta hombres
De todo el pueblo hirió-cincuenta mil hombres.
¿Por qué se produjo una mortandad tan grande en todo el pueblo de Israel?
Esta es la única etapa en toda la historia del arca, desde el día en que fue construida y hasta que fue ocultada en la previa de la destrucción, en la cual el arca estuvo en manos ajenas. No hemos encontrado, ni siquiera una palabra en los Escritos sobre algún intento de restituirlo, o por lo menos de pesar y duelo por su pérdida. Por ello llega este golpe: alrededor del momento en el que murieron 70 de los hombres de Beit Shemesh, murieron también 50.000 hombres en toda la tierra-también ellos por causa del arca, pero por una razón más profunda.
A partir de esta profundización en el contenido del versículo, puede decirse que no es casual que esta sección finaliza enfatizando “Y sucedió que pasó mucho tiempo, veinte años, desde el día en que el arca quedó en Kiriat-Iearim; y toda la casa de Israel iba tras el Señor“ (Capítulo 7, versículo 2)-una época extensa en la cual el pueblo en general manifiesta una fe auténtica a partir del vínculo con el arca de Dios, y hay en ello una suerte de reparación del pecado del olvido y el distanciamiento prolongado.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza de la publicación “Megadim”, publicada por “Tevunot”