¿Por qué no atravesar por la tierra de los Plishtim?

¿Por qué no atravesar por la tierra de los Plishtim?

El texto bíblico describe que “no los condujo Elohim por el camino de la tierra de los plishtim, porque cercano era” (Versículo 17). Un estudio de los hallazgos históricos y arqueológicos nos ayudará a entender la causa del hecho y por qué realmente Dios no condujo a Israel a través de la tierra de los Plishtim.

“No los condujo Elohim por el camino de la tierra de los plishtim, porque cercano era” (Versículo 17). Los comentaristas manifestaron su divergencia en cuanto a si por el hecho de que era cercano Dios no lo condujo al pueblo por ese camino (Rashi) o que a pesar que era cercano Dios no los llevó por allí (Rabí Moshé BeEven Ezra ¿????). Según Rashi, la guerra de la cual duda Dios es la guerra contra los pueblos de la tierra de Kenaan, a la cual el pueblo de Israel llegaría sin estar del todo preparado. A diferencia de ello, de acuerdo a la explicación de Rabí Moshé resulta que la duda de Dios es por una guerra con la que se topará el pueblo de Israel en la misma tierra de los Plishtim. Parece que los hallazgos de la investigación pueden arrojar luz sobre esta vacilación.

La ruta a través de la tierra de los Plishtim era la parte sur del antiguo camino internacional denominado en la investigación como “Camino del mar”. Esta senda comenzaba en Egipto, pasaba por el Norte de Sinaí, de allí a la llanura costera norte y de allí a través del Galil (la Galilea) rumbo al Golán, Damasco, y de allí hacia los centros en los alrededores del Éufrates y el Tigris. Durante miles de años se movilizaron por ese eje caravanas de comerciantes y ejércitos, ya que en efecto, este era el camino más accesible entre los dos grandes centros del mundo antiguo-la Mesopotamia y Egipto.

Diversos documentos egipcios (el papiro de Anastasio I y el relieve de Meenmaatra Sethy I)     nos indican que el camino a través de la tierra de los plishtim era sumamente vital  para Egipto e incluso en Egipto se lo llamaba “camino de Jur”, en nombre de Paró que era la materialización del dios Jur (Horus) sobre la tierra. En el tramo del camino entre Egipto y Rafiaj se destacan en las fuentes egipcias 20 sitios diferentes, algunos con el prefijo “Beer”  (“Pozo”)(Beer (Pozo de) Jafan, el pozo de Seti-Merneptah, el pozo dulce y otros) y parte de ellos con el prefijo “Mivtzar” o “Metzad (Trinchera, fortaleza) y otros. Estas fuentes nos enseñan que no era posible pasar por ese camino sin toparse con las fuerzas egipcias.   

La imagen que emerge de las fuentes egipcias se confirma también a través del hallazgo arqueológico. En excavaciones realizadas en el norte de Sinaí después de la guerra de los seis días los investigadores israelíes descubrieron a lo largo de un tramo del camino entre el Canal de Suez y Gaza más de ochenta sitios, algunos de ellos pozos de agua, algunos silos para la cosecha y otros eran sitios atrincherados desplegados en las fortalezas. En esos sitios fueron hallados numerosos descubrimientos, incluidos los recipientes con nombres de reyes egipcios de la época de la nueva monarquía, la época de la salida de Egipto.

Uno de los sitios excavado por los investigadores es una gran fortaleza denominada “Fortaleza de Jarubit”, cuya superficie es de 2,5 acres y el grosor de su muralla es de aproximadamente 4 metros. Una muralla con ese grosor indica  la capacidad de resistencia frente a enemigos muy fuertes. A modo de comparación, el grosor de la muralla turca en la ciudad vieja de Ierushalaim es de 2,5 metros. Esta fortaleza y el extenso sistema de sitios que la acompañan señalan la necesidad esencial del reino egipcio de permitir que los pasajeros atraviesen este camino con seguridad y protegerla de un enemigo que puede llegar a penetrar a Egipto a través de ella.

A la luz de esta descripción puede verse que Rabí Moshé estuvo acertado en su comentario. No obstante que el camino a través de la tierra de los plishtim es más cercano y corto, el mismo está fortalecido y protegido. El tránsito por el mismo implica el contacto con fuerzas egipcias que puedan llegar a luchar contra Israel inmediatamente después de la salida de Egipto, y provocarles regresar al sitio del cual salieron. La duda pues era de una guerra en el camino con las fuerzas egipcias, y no con los kenaanim o los plishtim que se encontraban en la tierra de Israel. Encontramos pues que también en este contexto el estudio del terreno y el preciso conocimiento del mismo en base a los hallazgos históricos y arqueológicos, nos ayudan a comprender la realidad descripta en la Torá.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Parashat Drajim: Mabat arjeologui vegueografi beparshiot hashavua" ("Encrucijada: una mirada arqueológica y geográfica de las secciones semanales de la Torá") publicado por "Maguid", 2014

 

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