El primer enemigo que atacó a Israel en la época de los jueces llegó de Aram. La lucha contra Aram comenzó desde los tiempos de Iaacov, y como Labán que solicitó erradicar todo, así también lo hace Kushan Rishataim. Los Sabios contemplaron el enfrentamiento con Aram en todas las generaciones, como parte de un enfrentamiento y establecieron “él es Kushan Rishataim-él es Labán”.
En el período de Yehoshua el pueblo de Israel llevó a cabo un ataque intempestivo contra los pueblos de la tierra de Kenaan y los expulsó, ahora en la época de los jueces la rueda se invirtió y el pueblo se ve presionado por sus enemigos. No obstante, la primera guerra que el pueblo libró tras la conquista de la tierra no fue un enfrentamiento natural con sus vecinos, que deseaban su tierra, sino con un enemigo que llegó de lejos desde Aram Naharaim para atacar a Israel y asestarle un golpe en su tierra.
Las raíces del pueblo de Israel se hallan en Aram Naharaim. Del otro lado del río-de Jarán-partió Abraham hacia la tierra de Kenaan, y a su tierra y su patria envió a su asistente para traer una mujer para su hijo. También Iaacov llegó hasta Jarán, y en el transcurso de su diáspora contrajo enlace con las hijas de Labán y junto a ellas construyó su hogar. Pero también el enfrentamiento con Aram comenzó en los tiempos del génesis, y el vínculo con Labán fue complejo y complicado. Iaacov se vio forzado a escapar de Labán hacia la tierra de Kenaan y Labán lo persiguió hasta el Guilad. Tal vez él no quería matar a Iaacov pero “trató de desarraigar todo”-dejarlo bajo su padrinazgo en Aram y eliminar su singularidad y su destino.
El afrontamiento de Israel con los pueblos debe ser contemplado no como un hecho aislado sino como parte de un enfrentamiento histórico. Este duro enfrentamiento fue cambiando de forma a lo largo de las generaciones pero en su base siguió siendo el mismo conflicto. El pueblo todo pasó ahora por un trayecto similar al de Iaacov. En la larga diáspora de Egipto se constituyó el pueblo, y he aquí que inmediatamente al llegar a su tierra, llega Cushan Rishataim de Aram para destruir y anular todo lo logrado.
Los Sabios en su Midrash relacionaron la cadena de enfrentamientos con Aram en todas las generaciones, y los vieron a todos como un enfrentamiento: “Él es Beor, él es Kushan Rishataim, él es Labán el arameo” (Sanhedrin 105a).
Aram, fueron los primeros en llegar de afuera y objetar el control de Israel en la tierra, y le hicieron a Israel en su tierra, lo mismo que le hizo Amalek en el desierto. Ambos pueblos, Amalek y Aram, no fueron de ningún modo amenazados por Israel y aún así vinieron desde lejos para luchar contra ellos, por ello el texto relacionó su guerra con una dimensión espiritual, “Y no temió a Elohim” (Devarim capítulo 25, versículo 18).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro “Oz Vaanavá-Iyunim beYehoshua veShoftim” publicado por Midreshet Hagolán.