Actos milagrosos

Actos milagrosos

A través de numerosos mandamientos de cara al cruce del Iardén, el milagro simboliza la asociación entre Israel y Dios, que se requiere ahora al ingresar a la tierra.

En los capítulos 3-4 se describe el ingreso del pueblo de Israel a la tierra de Israel, a través del cruce del Iardén. El pueblo de Israel recibe la orden de cruzar el Iardén y recibe precisas instrucciones sobre cómo hacerlo:

El pueblo es ordenado a consagrarse y purificarse para el cruce, como en el evento del monte Sinai.

El pueblo recibe la orden de ordenarse (formarse) de un modo determinado, encabezado por los Cohanim y el Arca de la alianza

El milagro, en toda su integridad, depende de los actos de los Cohanim-en el momento en que los Cohanim toquen el agua, ellos deben quedarse en el agua hasta que el pueblo atraviese el Iardén y solo después de que el último de los Cohanim abandone el agua, el agua volverá a su curso normal.

A continuación, el pueblo recibe la orden de colocar un monumento de piedras recordatorio, que dé testimonio del pacto con Dios.

La razón de la necesidad de estos mandamientos y hechos se halla en la esencia de la tierra de Israel y en la transición que realiza el pueblo.

Hasta el momento, el pueblo de Israel vivió en el desierto bajo protección divina cercana y revelada, al ser guiados por la columna de fuego y la columna de nube  y no tenían que preocuparse en absoluto. En la tierra de Israel no es así-no obstante esta es una tierra en la que  “siempre los ojos de Adonai, tu Dios, están en ella” (Devarim, capítulo 11, versículo 12), pero en la tierra de Israel los milagros visibles se reducen y se requiere también de la acción humana. Se debe combatir, trabajar para ganar el sustento, elevar una plegaria para las lluvias.

Así también, en el ingreso a la tierra-a pesar de que se produce un milagro, el mismo requiere la participación del pueblo de Israel a través de sus actos y depende de ellos, el pueblo ya debe actuar en pos de los milagros. El milagro del cruce del Iardén simboliza la asociación entre Israel y Dios que existe en la tierra de Israel, y por ende, el monumento erigido por el pueblo, a través del cual se da testimonio de esta cooperación-el pacto concertado entre nosotros.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización "Najat"-"Noar Jovev Tanaj" ("Juventud amante del Tanaj"), sede del estudio del Tanaj para los jóvenes.

 

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