Inesperadamente, la noticia que traen “los mensajeros” en el Tanaj no es contundente, y por lo general, aparece fuera de lugar e incluso está relacionada con un error. Lo mismo ocurrió con las noticias anunciadas por Ajimaatz y Ionatan. Pero Ajimaatz se recompuso a último momento y así se convirtió en leal a David.
Sorpresivamente, la noticia transmitida por Ajimaatz tiene un lugar preponderante en nuestro capitulo. Y a raíz de ella, surge la curiosidad acerca del sentido de la figura del “que transmite la noticia” en el Tanaj. El cargo del mensajero es salvar la desconexión entre dos focos de acción distantes, y hasta tal vez, opuestos. Sin embargo, de un modo inesperado, su anuncio en el Tanaj no es contundente, y por lo general, aparece fuera de lugar e incluso implica un error.
Tras ser enviado el Arca al campamento, en Shiló, el pueblo se equivocó y esperaba la noticia de la victoria, y he aquí que el mensajero le transmite la derrota en la guerra de Afek y la toma del Arca (Shmuel I, capítulo 4).
El joven amalekita trajo evidencias concretas de la derrota en el Guilboa (capitulo 1) y “pensaba que traía una buena noticia” (Capítulo 4, versículo 10). Le concedió a la derrota un sentido de victoria y se apresuró para darle la noticia a David. Pero resulta que en lugar de alegrarse, David rasgó sus vestimentas y guardó duelo por Shaúl y Iehonatán.
Al escaparse de Abshalom, David colocó en Ierushalaim a los dos hijos de los Cohanim, Sacerdotes-Ajimaatz hijo de Tzadok y Ionatan hijo de Eviatar (17). Ellos eran el eslabón de la unión de los dos mundos, Ierushalaim y Majanaim. Ellos se deshonraron y le comunicaron a David el consejo de Ajitofel, pero no conformes con ello, volvieron a aparecer después como los mensajeros, en dos acontecimientos que concluyen y sellan el episodio de la rebelión, en el contexto inmediato y a largo plazo. Ajimaatz se encaprichó en anunciarle a David la muerte de Abshalom (18). Yoav, que conocía muy bien a David, lo advirtió al respecto. Y en efecto, Ajimaatz se dio cuenta que se equivocó, y lo que a él le parecía una noticia de victoria, no fue más que una desgracia.
Ionatán entra en escena mucho después, en un hecho que tal vez sea el último de la rebelión de Abshalom. Llegó cuando Adoniá celebraba su preparación para la coronación. “Entonces dijo Adoniahu: "¡Entra, porque hombre valiente eres, y traes buenas nuevas!... Pero Ionatán respondió y dijo a Adoniahu: "Al contrario, nuestro señor, el rey David, acaba de hacer rey a Shlomó” (Melajim I, capítulo 1, versículos 42-43).
.Tanto Ajimaatz como Ionatan al igual que sus padres, se equivocaron en la comprensión de la realidad y en relación a la intención de David. Pero Ionatán y su padre se equivocaron básicamente y se pusieron en contra de David en la rebelión de Adoniá (Melajaim I, capitulo 1), mientras que Ajimaatz y Tzadok se equivocaron por ser excesivamente leales a David, y por consiguiente, se alegraron por la eliminación de Abshalom. Pero Ajimaatz se recompuso a último momento, se mordió sus labios, murmuró y no dijo una palabra en contra de Abshalom (Capítulo 18, versículos 28-29). De ese modo, se convirtió en alguien completamente leal a David y la casa de Tzadok se hizo acreedora al Sacerdocio eterno por parte de Shlomó.
Editado por el equipo del sitio de Tanaj, extraído del libro “Oz Melej-Iyunim beSefer Shmuel”, ediciones Midreshet Hagolán