Así se hace política

Así se hace política

Olvídense de historias misteriosas y románticas sobre una reina bella y un bebé, el interés oclto detrás de las maravillosas referencias está escrito con pistas e insinuaciones.

¿Qué ha llevado a que la reina de Shva realizara una visita a Shlomó? ¿El nombre de Dios? ¿La sabiduría, las parábolas y los acertijos? ¿Los rumores sobre muchas mujeres y sobre la hija de Paró?

El interés oculto detrás de las maravillosas referencias fue escrito a partir de insinuaciones, como en la política de esos tiempos y hasta la actualidad-“Y Jiram había dado a Shlomó ciento veinte talentos de oro” (capítulo 9, versículo 14); “Y en los buques envió Jiram a sus siervos, marineros y conocedores del mar, juntamente con los siervos de Shlomó. Y ellos fueron a Ofir; y tomando de allí cuatrocientos y veinte talentos de oro, lo trajeron al rey Shlomó” (Capítulo 9, versículos 27-28); “Y ella dio al rey ciento y veinte talentos de oro, y especias aromáticas en muy grande abundancia, y piedras preciosas; nunca más vino tanta abundancia de especias aromáticas…” (Capítulo 10, versículo 10).

Shlomó dominaba las rutas comerciales fundamentals entre el Mar Rojo y Egipto y Aram Naharaim, y la alianza con Jiram, rey de Tzor, les dio conjuntamente el estatus de potencia. No sólo que los fenicios controlaban el “Gran Mar” (el Mar Mediterráneo), sino que con la ayuda de Shlomó ingresaron con toda la fuerza al comercio del oro desde Ofir a través del Mar Rojo. La reina de Shva y sus hombres se horrorizaron por la invasion fenicia, y por la toma del comercio del oro que hasta entonces era exclusivamente suyo. Por lo tanto, la reina de Shva le trajo a Shlomó la misma suma que le dio Jiram, y perfumes especiales a cambio de los cedros libaneses entregados por Jiram.

Shlomó también recibió de ella, como había recibido de Jiram, y le dio “todo cuanto ella quiso, y cuanto pidió; fuera de lo que Shlomo le había dado de su real munificencia” (versículo 13)-no se trata de un bebé como se describe en la leyenda etíope, sino de la conservación del dominio de Shva y Ofir en el comercio del oro del sur, y limitando a los fenicios en el “Gran Mar” (el Mar Mediterráneo).

Ahora, Shlomó podia maniobrar cuidadosamente entre Jiram y la reina de Shva, y recibir de ambos, como una potencia. Y mientras tanto, todos proclaman el nombre de Dios, difunden en el mundo “la fama de Shlomo con relación al nombre del Señor” (versículo 1), y los ejemplos de su sabiduría y dicen –“Bendito sea el Señor, tu Dios” (Versículo 9).

Cortesía sitio 929.

 

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