La Torá le ordena a cada integrante del pueblo de Israel acampar “cada uno junto a su estandarte” (versículo 2). Cada hombre debe conocer su estandarte singular y modelar su vida acorde a ese estandarte. Sólo de ese modo podrá revelar su singular personalidad, y por otra parte sabrá cuál es su lugar y no intentará ubicarse en un nivel inadecuado para él.
El libro de Bamidbar comienza con la organización del campamento de Israel de cara a su travesía por el desierto. La organización tiene que ver con diversos círculos de conducta y el central entre ellos es la división de las tribus y sus estandartes: “Cada hombre junto a su estandarte -con emblemas- según su prosapia, habrán de acampar los hijos de Israel; a distancia, en derredor de la Tienda de Reunión, habrán de acampar” (Versículo 2).
La división por estandartes, así resulta, no es solamente una división técnica que fija el lugar de cada tribu dentro de un campamento determinado-Iehudá, Reuvén, Efraim o Dan-sino que es también simbólica. El estandarte es el símbolo de dicha tribu que da cuenta de su carácter y esencia.
En el Jasidismo solicitaron examinar en profundidad la cuestión de los estandartes, y otorgarle a la misma una dimensión adicional, más allá del rol funcional. Rabí Klonimus de Cracovia, el alumno del Jozé (el vidente) de Lublin, pidió focalizarse en la tensión creada entre la unión del pueblo de Israel en las laderas del monte Sinai “como una persona con un corazón”, a la pluralidad que surge a partir de “cada hombre junto a su estandarte”.
En su libro “Maor vashemesh” él hace hincapié en que por un lado los hijos de Israel deben estar juntos a través de un vínculo fuerte, en completa unidad, amor y amistad, pero por otro lado, cada persona tiene una bandera ondeando sobre su cabeza, y la persona debe conocer su bandera, observarla, y moldear su estilo de vida acorde a la misma bandera.
Según el “Maor vashemesh”, esta conciencia tiene dos derivaciones centrales: la primera, concerniente a la posición de la persona frente al campamento de Israel. La bandera de cada persona en particular, le indica que él no es solamente miembro de Israel sino que también pertenece a ese u otro campamento. Así la persona sabe ubicarse desde el aspecto social y puede plasmar sus capacidades. La segunda derivación, está relacionada con la posición de cada campamento en relación al “campamento de la Divinidad”-el Mishkán (Tabernáculo). La división por banderas produce una jerarquía clara en función de los cercanos y alejados del Mishkán. Ninguna persona debe irrumpir para aproximarse a Dios, acercándose a un campamento que no es el propio. La persona no debe pasar su límite e intentar acomodarse en un nivel inadecuado para él.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".