Camino a la fe

Camino a la fe

¿Por qué fracasó el primer intento de sacar al pueblo de Israel de Egipto? ¿Qué es lo que ocasionó la complicación de la trama? Al observar el episodio, aprendemos que Moshé y Aharón intentaron acercar al pueblo a la fe a través de una vía corta y demasiado accesible (fácil).

La sección de Shemot concluye con un relato sorprendente: a pesar de que Dios ya le advirtió a Moshé en el episodio de la zarza, que la salida de los hijos de Israel de Egipto no será breve ni simple (Capítulo 3, versículos 19-20) sin embargo en ningún momento se ha expresado, que la situación tenderá a agravarse en el futuro. La primera misión de Moshé al pueblo también produjo resultados positivos: “ Y creyó el pueblo. Oyeron que recordó Adonai a los hijos de Israel y que El había visto su aflicción. Ellos se inclinaron y se prosternaron” (Capítulo 4, versículo 31)

No obstante, luego de esto, en nuestro capítulo, llega la desilusión. No sólo que Paró rechaza de plano la solicitud de Moshé y Aharón, sino que además endurece más la esclavitud. (Capítulo 5, versículos 7-8). Como consecuencia de ello, los capataces de Israel elevan sus críticas a Moshé, e incluso Moshé se manifiesta enojado con Dios: “¿por qué has acarreado el mal a este pueblo? ¿Para qué es que me has enviado?” (Capítulo 5, versículo 22). ¿Por qué, entonces, tuvo lugar este giro inesperado?

Es probable, que la causa se halle en una diferencia básica que se refleja entre la orden dada a Moshé en la zarza y entre su ejecución propiamente dicha. A Moshé se le encomendó dirigirse al pueblo de Israel  con la noticia - “Recordar he recordado a ustedes” (Capítulo 3, versículo 16), y Dios le aseguró que-  “Ellos entenderán tu mensaje” (Capítulo 3, versículo 18). Aún así, Moshé dudó de que los hijos de Israel no le creerían (Capítulo 4, versículo 1), y por ello Dios le dio, para mayor seguridad, tres señales, enfatizando que tal vez no todas sean necesarias: “y será, que si no te creyeren y no prestaren atención al mensaje del primer signo, entonces creerán al mensaje del signo postrero… Y será, si no creyeren aún ante los dos signos… habrás de tomar de las aguas del Río (Nilo)” (Capítulo 4, versículo 8). A la luz de ello, Moshé debía dirigirse al pueblo de Israel y examinar su fe, y en caso que no se convencieran, ejecutar cada señal en forma separada y examinar  si es que los hijos de Israel han alcanzado la fe.

No obstante, en la práctica concreta, el cuadro se ve diferente: “Habló Aharón todas las palabras que había hablado Adonai a Moshé e hizo los signos a ojos del pueblo” (Capítulo 4, versículo 30). Aparentemente, Moshé y Aharón no esperaron para examinar la reacción del pueblo en las distintas fases, sino que utilizaron inmediatamente todos los medios a su disposición, incluidas todas las señales. Se requiere que el pueblo de Israel alcance la fe, incluso cuando no ve una serie de milagros que se realizan ante él. La prueba de la fe desde aquí, a través de la salida de Egipto y hasta el final de todas las generaciones, se da justamente en los momentos más difíciles, creyendo incluso en los caminos de Dios ocultos del ojo humano.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet"

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