Cohanim - Kabala

Cohanim - Kabala

El Midrash nos relata en Shemot (Rabá XVIII) que las Lujot las tablas de la Ley tenían seis Tefajim (Palmos: una medida antigua). Dos estaban en la mano de Moshé, dos en las del Todopoderoso, y dos separaban entre ellos.


אמר רבי ברכיה הלוחות היו ארכן ששה טפחים: כביכול, ביד מי שאמר והיה העולם שני טפחים ובידו של משה שני טפחים, ושני טפחים היו מפרישין בין יד ליד

El Midrash como muchas otras veces, usa aquí un sentido alegórico. Ya la Torá habla innumerables veces de los ojos, brazo, u otros atributos del Todopoderoso, pero ya hemos recalcado la expresión Talmúdica.

.דברה תורה כלשון בני אדם

"La Torá ha utilizado el lenguaje humano". La Torá al hablar de los atributos divinos usa alegóricamente de los humanos, pues éste es el único lenguaje que el hombre con su limitado horizonte puede comprender”

Por ello si nosotros verbigracia observamos el Targum Onkelos, la traducción aramea de Onkelos, veremos que todas aquellas expresiones son explicadas de acuerdo a su verdadero sentido, es decir como atributos espirituales alegóricamente.

De la misma manera debemos proceder al analizar el Midrash. En el Midrash y la Agadá en general los Jajamim condensaron sus ideas religiosas encerrándolas en esa forma peculiar. Su verdadera explicación está por ello reservada a la Kabalá, a la Torat Hasod, la Filosofía del Judaísmo.

Esta previa aclaración es necesaria para negar toda interpretación literal que nos varía a un antropomorfismo. Por el contrario debemos tratar de llegar a la comprensión del sentido de este Midrash, y su sentido es la llave de la comprensión de la Torá.

La Torá dicen los Jajamim tiene tres partes.

                                                     נגלה, נסתר , נעלם

“Nigle, Nistar y Neelam".

"Nigle", es la parte "descubierta" de la Torá que se halla ante nosotros, la Torá comprendida racionalmente con nuestro humano entendimiento.

"Neelam" es lo ignorado y desconocido, aquello que sólo Ds’ conoce y “Nistar”, es lo oculto, es el sentido espiritual de la Mitzvot, su acción oculta sobre el hombre y el Universo que el hombre puede llegar a entrever.

Y este es el sentido del Midrash.

Dos palmos se hallan en las manos de Ds’, totalmente ocultos para nuestra humana inteligencia. Dos palmos se hallan en la mano de Moshé, revelados para nosotros, y dos se hallan ocultos, y por medio del cumplimiento de las Mitzvot, por la Torá llegamos a entreverlos. 

Estas aclaraciones son inevitables ante toda explicación de las Mitzvot, de los preceptos. Busca el motivo, la causa, el sentido de los preceptos es un propósito positivo, dinámico, pero que debe conformarse en una prudente modestia, ya que solo a la parte "descubierta”, con la Torat Hasod a la "oculta” puede el hombre llegar.

Y tras esta aclaración previa detengámonos sobre varias Mitzvot de la Torat Hacohanim, del Sefer Vaikra.

Sobre diversos privilegios ya nos hemos detenido en otras oportunidades, pero la idea central que se quiere recalcar es la de la Hashgajá, la creencia en la Providencia y su educación en el alma humana. Veamos por ejemplo la prohibición de rozarse la cabeza, o arañarse y desgarrarse las carnes en señal de duelo (Vaikra XXI, 9).

.לא יקלו קרחה בראשם…..ובבשרם לא ישרטו שרטה 

Shadal (Shmuel David Luzzato) nos dice que en esta prohibición se halla el sentido de la Hashgajá sobre la que nos hemos detenido. Esta forma de conmiseración, son "flores" pero no”frutos", y son una negación en la Providencia, aparte de ser dañinos al hombre en sí.

La Torá de ninguna manera tortura al cuerpo y aquí vemos uno de los ejemplos más caracterizados. Por el contrario la santidad significa la armonía, y santo debe ser no solo el alma, sino el "cuerpo” también.

El Abel, aquel que se encuentra enlutado debe desgarrar sus vestimentas, pero no dañarse o torturarse. Quizás sea el desgarrar las vestimentas, un símbolo de las vestimentas terrenales que fueron desgarradas, el cuerpo y el alma que fué liberada, pero la tortura corporal está totalmente prohibida.

La Torá desarrolla la misericordia que se traduce en "frutos" ordena el “Tzaar Bealei Jaim”, la compasión con los animales, pero no aquella que solo da "flores”, la falsa y dañina conmiseración. Aún los sentimientos deben ser controlados y guiados, pues incontrolados pueden ser perjudiciales.

Y los Kohanim, los sacerdotes que cumplían su misión social más aún, a ellos les estaba prohibido en general enlutarse, menos con sus parientes más cercanos, o en caso de necesidad ("Mét Mitzva"). Más la idea central, es la de la fé y la Kedusha, la santidad.

El mismo sentido se halla también en la prohibición de la brujería, magia y sus especies.

"No seréis agoreros ni adivinadores....No os volváis a los encantadores y a los adivinos, no los consultarás, impurificados con ellos, yo el Señor soy vuestro Ds' (Vaikra XIX 26, 31)

Rashi explica el significado de esta prohibición.

"Najsh” es probar por medio de augurios, o presagios. "Lo Teonenu" es según Rashi, la astrología que proclama "este día es bueno para comenzar alguna actividad: aquella hora es mala para salir”. En estas diversas formas reside el mismo error y peligro, por medio de ellas se abandona la verdadera fé en la Providencia. No se ha recalcado aún bastante que la superstición es el gran enemigo de la religión. La superstición ve en el mundo duendes y demonios, espíritus malignos o burlescos "independientes", ve ante sí un destino al cual ni el hombre, ni siquiera el Todopoderoso pueden escapar. Las distintas formas de superstición son solo equiparables a los sacrificios que los antiguos elevaban a sus ídolos, pues cada superstición es un ídolo más.

La Kedusha eleva al hombre en su espíritu, la Tumah lo denigra y rebaja.

Por medio de la Kedusha el hombre se eleva por sobre la Naturaleza, con la Tumah el hombre se vuelve su esclavo, esclavo de su temor y del mal. Todas estas formas, son pues “Tumah”, que impurifica el alma humana.

Quizás podríamos comprender así también los preceptos del Metzora, del leproso, que debía retirarse fuera del Majane, del campamento donde residían los judíos en el Midbar. Con ello se significaba también el sentido de la Hashgajá.

El Metzorá al curarse debía purificarse en el Beth Hamikdash y traer un sacrificio:

“Y mandará el sacerdote y traerán dos avecillas vivas y puras, un palo de cedro, un paño rojo y musgo. Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas vivas. Después tomará la avecilla viva y el palo de cedro y lo mojará en la sangre de la avecilla muerta.... Y rociará siete veces sobre el que se purifica.... y soltará la avecilla viva sobre la haz del campo". (Vaikra XIV).

El sacrificio que debía traer el Metzorá simbolizaba la Hashgajá en su enfermedad.

Los sucesos que ocurren en la vida del hombre no son casuales, por el contrario hay en ellos Sajar Vaonesh, castigo y recompensa. Los "ojos" del Todopoderoso se hallan fijos en la tierra, y este es el sentido del simbolismo.

El paño rojo es el símbolo del pecado, como representación del derramamiento de sangre el máximo pecado. El "cedro" y el "musgo", son símbolos de lo grande y lo pequeño. Una antigua expresión dice "Desde el cedro del Lebanon al musgo de la pared" queriendo significar lo máximo y lo mínimo, lo grande y lo ínfimo. La sangre y las aguas son símbolos de la purificación y es por ello que se mezclan el musgo y el cedro y se los moja en la sangre y en el agua. Este es el símbolo de la purificación. Los males tienen una causa, y todo tiene su consecuencia, lo grande y lo pequeño y necesita su purificación.

La otra avecilla es liberada, al igual como el Metzorá es liberado de su forzoso aislamiento.

Alegóricamente podríamos decir pues que todas estas formas son producto de la ira del Señor, consecuencia de la Justicia divina. Todo en el Judaísmo tiende pues a extirpar todas las formas de politeísmo para recalcar la convicción y la creencia en el Señor y en su Torá.

La superstición, el ocultismo, los augurios son todas formas del politeísmo. Ellos constituyen el culto a la naturaleza y a sus fuerzas, mientras que la Torá exige el culto al espíritu, a Ds'. La superstición es el inexorable destino, la Torá es la libertad.

Todo tiende a aquel único principio.

"Oye Israel, el Señor es nuestro Ds', el Señor es Uno”.

 

 

 

 

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