Como se Vuelve uno un Profeta

Como se Vuelve uno un Profeta

Estos materiales fueron publicados en el Jumash producido por la Editorial ‎Ner, www.kehot.com.ar    

Reproducido con autorización de Editorial Ner [email protected]   

Copyright, derechos reservados y reproducción prohibida de los mismos

¿Cómo se vuelve uno un profeta? (v. 15)

TALMUD: Dios sólo permite que Su presencia repose en una persona

que es fuerte, acaudalada, sabia y humilde. Todos estos requerimientos

se derivan de Moshé (Nedarím 38a).

RAMBAM: Saber que Dios Se comunica con el hombre mediante la

profecía es uno de los principios de la fe. Para recibir profecía, la

persona debe ser extremadamente sabia, amo de sus emociones e

impasible a su Inclinación al Mal en asuntos mundanos. Debe controlar

su Inclinación al Mal constantemente con su mente, y debe

tener una mente sumamente amplia y refinada (Leyes de los Fundamentos

de la Torá 7:1).

KÉSEF MISHNÉ: ¿Por qué omitió Rambam los requerimientos de fuerza,

riqueza y humildad mencionados en el Talmud?

Rambam entendió que este pasaje del Talmud habla de la profecía

en forma permanente, lo que requiere estos tres criterios adicionales.

Sin embargo aquí, en Mishné Torá, Rambam describía las cualidades

requeridas para la profecía temporaria, y para ello no se requieren

fuerza, riqueza ni humildad.

TURÉI ÉVEN: Rambam se vio obligado a rechazar los requerimientos

de fuerza y riqueza para ser profeta pues vemos que muchos profetas

en la historia no fueron ricos ni fuertes.

Torat Menajem

LOS REQUISITOS PARA SER PROFETA (V. 15)

Késef Mishné pregunta por qué Rambam omitió el requerimiento,

mencionado en el Talmud, que un profeta debe ser “fuerte, acaudalado... y

humilde”.

Késef Mishné responde que Rambam está hablando de una persona que

se vuelve profeta en forma temporaria, mientras que el Talmud está

enumerando los criterios requeridos para volverse un profeta permanente.

Sin embargo, esta respuesta resulta difícil de aceptar pues:

a) ¿Por qué se requerirían las cualidades espirituales de sabiduría y

autocontrol para un nivel inferior (temporario) de profecía, y sin embargo,

para alcanzar un nivel superior (permanente) de profecía se necesitan las

cualidades más físicas de riqueza y fuerza?

b) ¿Cómo podemos aceptar la idea de que Rambam se limita a la

mención de la profecía temporaria y omite el fenómeno de la profecía

permanente? En especial considerando que la mayoría de las instancias

de profecía descriptas en la Torá son de tipo permanente.

Turéi Éven sugiere que Rambam se vio obligado a rechazar algunos de

los criterios del Talmud porque vemos que muchos de los profetas a lo

largo de la historia no fueron ricos ni fuertes.

No obstante, esto aún no explica por qué omitió Rambam el requerimiento

de humildad.

LA EXPLICACIÓN

A simple vista, podríamos haber supuesto que la intención de Rambam

aquí, al codificar esta ley, era enumerar todas las cualidades que debe

tener un profeta.

Pero, en el mismísimo comienzo, Rambam aclara que esa no fue su

intención. Él escribe: “Saber que Dios se comunica con el hombre mediante

la profecía es uno de los principios de la fe...”, es decir que Rambam

está codificando aquí sólo aquellos detalles que debe saber cada

judío, como parte de los principios de la fe. No está realizando una enumeración

exhaustiva de todos los requerimientos necesarios para comenzar

a ser profeta, sino los conceptos sobre la profecía que toda persona

precisa saber.

Rambam entendía que hay dos elementos en el proceso profético:

a) Factores que establecen el fenómeno de la profecía. Para recibir profecía,

la persona debe tener un intelecto sumamente refinado y puro.

Entonces la profecía de Dios se revela e inviste en la mente del profeta,

uniéndolo de ese modo con Dios.

b) No deben existir factores que descalifiquen. Si un individuo es débil,

pobre o carente de humildad, aunque tenga la mente adecuada para la

profecía, queda descalificado por estos otros motivos.

Cuando Rambam vino a codificar los factores que cada persona debe

saber para comprender el “principio de la fe” conocido como profecía,

sólo enumeró los factores que determinan el fenómeno de profecía, pues

estos detalles son cruciales para la comprensión del concepto. Los factores

descalificadores que vuelven al individuo inadecuado para ser profeta

son irrelevantes aquí, en la exposición de Rambam.

Por eso, en la conclusión final, no es la humildad lo que vuelve profeta

a una persona. Un resabio de arrogancia descalificaría a quien de otro

modo sería apto para ser profeta, porque la arrogancia actúa como una

barrera entre el hombre y Dios. Similarmente, la falta de salud o de riqueza

son meros factores descalificadores, pues un profeta debe representar

el nivel más elevado de humanidad, incluso en el sentido físico*. Pero la

única y fundamental cualidad que hace posible la profecía es exclusivamente

la pureza de la mente.

(Basado en Likutéi Sijot, vol. 23, pág. 82 y ss.)

Volver al capítulo