Por un lado, David clama por ayuda y por el otro, golpea a sus enemigos y los vence. Dos partes tiene el cántico de David, dos partes tiene su vida.
Este cantico por el rescate y la salvación fue compuesto después de la conquista de Iebus y de su trasformación en la ciudad de David, en ocasión de la primera liberación de Ierushalaim. La gran salvación frente los Iebusim en la ciudad, y contra los pelishtim, los filisteos, en Emek Refaim (dos veces) y sus persecución hasta Guezer (capítulo 5, versículos 18-25), y además, aún es muy bien recordado “el día que el Señor lo libró…y de la mano de Shaúl” (Capítulo 22, versículo 1)
El cántico tiene dos partes:
En la primera parte (versiculos 2-29), David siente impotencia, y Dios sale de su santuario para salvarlo. Esto puede ser dicho solamente en referencia a las andanzas de David al escapar de Shaúl, en las cuales Shaúl estuvo a punto de eliminarlo (en su casa, con la espada y la pared; y en el desierto de Maon, Shmuel I, capítulo23, versículos 26-28). El inicio del cántico alude a la salvación de manos de Shaúl, al expresar David a oídos de Shaúl “¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? Tras un perro muerto, tras una pulga” (Shmuel I, capítulo 24, versículo 14). En esa ocasión, David clamó por la ayuda de Dios, a fin de que haga justicia entre él y Shaúl “pero mi mano no será contra ti” (Shmuel I, capítulo 24, versículo 12)
Por todo esto, David canta (capítulo 22, versículos7; 18-25)-“En mi angustia clamaré al Señor… desde Su santuario oirá mi voz me salvará de mi feroz enemigo…me sacó a lugar holgado… El Señor me ha recompensado conforme a mi justicia… porque he guardado los caminos del Señor… Pues todos Sus juicios están delante de mí… y me he cuidado de la transgresión…” (No he atentado contra Shaúl en la cueva, y en la noche, e impedí que mis hombres le hicieran daño al “Mashiaj (ungido) de Dios”). Este es un cántico religioso.
En la segunda parte (capítulo 22, versículos 30-51)-un cántico mesiánico- David tiene batallones combatientes, y puede golpear, perseguir y vencer por sus propias fuerzas, hasta que los enemigos caigan y se arrastren ante sus pies. “Los moleré como polvo de la tierra” (Capítulo 22, versículo 43). Los restantes, lo escucharán, ya que Dios le concede fuerza para luchar y vencer. Esto condice con la definición contra los pelishtim, los filisteos, y su huida de los montes de Ierushalaim hasta rendirse, y por consiguiente “te alabaré Oh Señor entre las naciones…engrandece las salvaciones de su rey y obra misericordia con su ungido…” (Capítulo 22, versículos 50-51)
Gentileza sitio 929