Dentro de la multitud furiosa

Dentro de la multitud furiosa

Más allá del daño letal a la agricultura, las vastas manadas de langostas que inundan Egipto simbolizan el fenómeno del rebaño que inundó a los egipcios en la esclavitud del pueblo de Israel. Sin duda alguna, la plaga de las langostas es un terrible desastre natural, desde aquellos tiempos y hasta la actualidad. En el libro Ioel, que en gran parte está dedicado a la descripción de la plaga de las langostas que hubo en su época, la langosta es comparada con un voraz incendio que acaba con todo:” Delante de él consumirá el fuego, tras de él abrasará la llama” (Ioel, capítulo 2, versículo 3).

Pero parece que más allá del duro golpe económico, la plaga de langostas oculta otro mensaje resonante. El nombre “langosta”, como es conocido, se asigna tanto al singular, como está citado en nuestro capítulo: “no quedó ni una langosta en todo el territorio de Egipto” (Capítulo 10, versículo 19), como para toda la especie colectiva, como lo vemos en la advertencia de Moshé a Paró: “Yo voy a traer, mañana, langosta en tu territorio” (Capítulo 10, versículo 4). A primera vista parecería que la diferencia entre la especie individual y la colectiva se halla en la intensa multiplicación de la langosta, por lo cual seguramente le fue asignado este nombre.

Sin embargo, investigaciones científicas realizadas en la generación pasada, por el destacado investigador Boris Uvarov (máximo especialista mundial sobre la plaga), descubrieron aspectos sorprendentes e increíbles al respecto. En dichas investigaciones se descubrió que en el proceso de transición- que se extiende durante diez años- de la langosta solitaria a las manadas de langostas migratorias, se registran cambios fisiológicos y psicológicos de gran alcance. Así, entre otros, la conducta de la manada de langostas atraviesa una metamorfosis radical y mientras que la langosta solitaria retrocede asustada ante una persona que se aproxima, la langosta en grupo pierde el miedo por completo y no hay nada que las detenga.

Estos cambios dramáticos nos imponen grandes asociaciones en relación al fenómeno humano denominado “Psicología de las masas”-dicho fenómeno comienza desde los tiempos de la esclavitud en Egipto en momentos en que el pueblo egipcio fue ciegamente detrás de Paró, que pisoteó al pueblo de Israel hasta la humillación, y arrojó a sus niños al río. La plaga de la langosta tiene una connotación de ojo por ojo. No sólo Paró es el que se transformó y no reconoció a Iosef, sino que todo el pueblo egipcio atravesó una “metamorfosis” y todos unánimemente se convirtieron en enemigos de Israel. Por ello, los azotó la langosta colectiva que no tiene frenos, dejando expuesto el rostro colectivo del pueblo egipcio que se ha tornado irreconocible y ha perdido su condición humana.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot"

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