El altar

El altar

Parashá Itró Éxodo 20:24: Me haréis un altar de tierra para Mí, y sobre él sacrificareis vuestras ofrendas y holocaustos pacíficos… En todo lugar en donde recuerde Mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. Y si hiciereis para Mí un altar de piedras, no lo construirás con piedras labrada, pues tu cincel ha golpeado sobre ella y de esta manera se profanaría. Y no subirás a Mi altar por escaleras, para que no sea descubierta tu desnudez.
Parashá Terumá Éxodo 27:1 Y harás el altar de madera de acacia de cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto. En cada uno de sus cuatro ángulos los finalizarás con la forma de un cuerno y lo revestirás (íntegramente) de cobre.
  
Preguntas
• ¿Para qué vuelve a repetir lo del Mizveaj (Altar), si en la parashá Itró ya lo citó?
• ¿Qué diferencia hay entre lo que dice aquí con lo que dijo al final de Itró?
• ¿Por qué cuando nos habla del altar nos dice que: En todo lugar en donde recuerde Mi nombre, vendré a ti y te bendeciré? ¿Qué tiene esto que ver con el altar?
• ¿Por qué dice “Vehasita et Hamizveaj” (Harán el Altar)?
• Si el altar era de madera ¿Cómo no se quemaba?
• ¿Por qué no dice cuál es la función de este altar?
• ¿Por qué en los demás utensilios nos dice dónde tienen que estar cada uno, pero con el Altar no nos dice dónde debe estar ubicado?
• ¿Por qué permite el Mizveaj y  prohíbe la “Matzeva” (Altar de una sola piedra)?
Respuestas
El servicio a Dios  no se realizará de manera similar al servicio que se hacía con la  idolatría, por eso dice que no tenían que ser piedras labradas con hierro. El hierro se usa para la fuerza y la violencia, y el servicio a Dios es con misericordia y no con fuerza. Además, todo tipo de “Araiot”- obscenidades, a la manera que hacían los idolatras, estará completamente prohibido, es por eso que no se podía ascender al altar por escaleras, sino que debía ser mediante una rampa, por esta misma razón el sacerdote debía poseer ropas que cubran todo su cuerpo, y además debía caminar dando pasos cortos, para que no deba abrir demasiado sus piernas. El altar debía ser de tierra, sencillo y sin ostentación.
Todos los altares que figuran hasta este momento en la Torá, (tanto con Abraham, Itzjak y Yaacob) se refiere meramente al altar, sin realizar sobre él sacrificios, pues la idea principal era reconocer y proclamar a Dios. Es por eso que luego de la revelación del monte Sinai, nos habla del altar, nos viene a enseñar que solo a Él es digno y apropiado servir. Lo importante, no es el acto en sí (realizar un Sacrificio), sino la intención que debe acompañar a este acto, la Kavaná,- su pensamiento.
En nuestra perasha no nos habla de los detalles de cómo debe ser construido ni cómo hacer para que la madera no se queme cuando se hagan las ofrendas, eso ya lo hizo en Éxodo 20. Es por eso que nos dice el altar, es decir, se está refiriendo al altar que ya nos explicó antes, justo después de los diez mandamientos. Aquí viene a ampliar lo que nos dijo allí.
Tenía una altura de un metro y medio, esto es para que no sea algo demasiado grandioso, sino algo sencillo, para que el sacerdote pueda servir sobre él en forma cómoda, no está demasiado alto que lo obligaría a subir por grandes escalones o pasos grandes en una rampa.
Estaba recubierto de cobre, no de oro, para enseñarnos la simpleza del servicio a Dios, y porque no se quema con el calor, el oro se derrite más rápido que el cobre.
Si bien todo el tabernáculo fue comparado al monte Sinaí, el altar es dentro de los utensilios del tabernáculo el que más hace alusión a esta simetría. 
• Es construido elevado, como el monte que sobresale de la superficie de la tierra. 
• Se sube por medio de una rampa, como la ladera de un monte. 
• Está construido con tierra y piedras, que son los mismos materiales que se encuentran en el monte Sinaí. 
• No cualquiera puede subir a él, tal como estaba vedado el ascenso al monte Sinaí para el pueblo. 
• Y lo más categórico: sobre el altar, debía estar el fuego siempre encendido, es decir, no solo en el momento en que se ofrecían los sacrificios, sino que en todo momento debía estar el fuego encendido. Tal como en el monte Sinaí que estaba ardiendo en fuego todo tiempo que Dios estaba sobre él. Es por eso  que cuando se inaugura el santuario, el fuego del altar desciende desde el cielo, y desde ahí, ese fuego no se apagó nunca y fue mantenido encendido durante todos los años. 
• Uno de  los diez milagros que ocurrían a diario en el templo de Jerusalem, es que la columna de humo que subía desde el altar, jamás se doblegaba con el viento y nunca la lluvia o la nieve apagó el fuego del altar. Esta columna, nos recuerda a Dios que por medio de la columna de humo y fuego guiaba al pueblo en el desierto
En todo el Tanaj hay varias veces que se construyen altares pero no necesariamente para hacer ofrendas sobre ellos, por ejemplo, encontramos que tanto Abraham, Yitzhak y Yaacob, construyeron altares pero no ofrecieron sobre ellos nada, era meramente para proclamar el nombre de Dios y así hacer que todos Lo conozcan. Moshé también construye un altar luego de vencer a Amalek y lo llama Hashem Nisí –Dios es mi estandarte- y no sacrifica nada sobre él. Por último, en el libro de Yehoshua, encontramos a dos tribus: Rubén y Gad  que construyen un altar enorme, pero no ofrenden sacrificios en él, sino que es para que sirva de testimonio que ellos creen en Dios y son parte del pueblo de Israel que pregona esa idea.
En resumen, el altar no solo es un utensilio que se utiliza para hacer sobre él ofrendas, sino que representa algo más, en la época de los patriarcas, era para proclamar a Dios, y en el tabernáculo era para representar la presencia divina, tal como ocurrió en el monte Sinaí. 
El altar es el testimonio de fe del hombre que proclama, que el Eterno es el único Dios y que sólo a Él se debe servir.
Es por eso que los profetas a menudo se quejan ante el pueblo y lo instaban a que dejen de traer ofrendas al altar. Pues el altar no es algo meramente técnico, no se trata de traer un sacrificio y así "satisfacer la sed de los dioses" sino que si este acto esta divorciado de la intención y el sentimiento profundo que antes mencionamos, entonces el acto de quemar una ofrenda sobre el altar, es algo pagano que debe ser evitado. 
 

Volver al capítulo