Frente al consejo de Ajitofel, que toma un lugar central en los consejos del Tanaj, los profetas ubican al consejo de Dios. Frente a la sabiduría humana asoma el decreto Divino.
El afrontamiento con el consejo de Ajitofel se convierte en un elemento central en la represión de la rebelión de Abshalom. El autor intelectual de la rebelión es más duro y peligroso que él. Pero la plegaria de David es respondida, y Dios frustra su consejo “para que el Señor trajera el mal sobre Abshalom” (Capítulo 17, versículo 14). Un peligro similar, que emana de la asistencia que recibe el poder político a partir del consejo del sabio. También allí, el profeta dividió al dúo Balak y Bilam, y presentó sus consejos como dos opciones: “¡Pueblo Mío, acuérdate de lo que aconsejó hacer Balak, rey de Moav, y de lo que le respondió Bilam, hijo de Beor” (Mijá, capítulo 6, versículo 5). Y Bilam que llegó para maldecir, finalmente terminó bendiciendo: “mas te trocó Adonai tu D’s., la maldición por bendición” (Devarim, capítulo 23, versículo 6)
Bilam y Ajitofel encarnan el intento de la mente humana de rebelarse contra la voluntad de Dios. La persona, como criatura inteligente y autónoma, intenta engañar, imponerse y vencer a su Dios. Bilam opera contra Israel, y Ajitofel, en contra del reino de la casa de David (el real). Pero, “Muchos designios se hallan en el corazón del hombre; mas el propósito del Señor es el que se cumplirá” (Mishlei, Proverbios, capítulo 19, versículo 21). A pesar del ingenio del hombre y a pesar de sus cálculos y movimientos, se encuentra despreciado, equivocado y engañoso.
Abshalom está totalmente desconectado de la Divinidad y completamente dependiente del consejo de Ajitofel. Para sus intrigas y movimientos turbios no puede encontrar alivio ni ayuda desde las alturas, por eso se torna adicto al consejo humano. No obstante, también David, como da cuenta el texto, le consulta a Ajitofel, aunque ello no está detallado en el Tanaj, ya que a pesar de que David está subordinado a él en la mirada de la realidad y su definición, no se autoanula ante su sabiduría sino que realiza una consulta a las alturas.
La frustración del consejo de Ajitofel no está supeditada a un milagro revelado, sino que expone la debilidad básica de la mente humana. Queda claro entonces, que nuestra expectativa de contemplar una conducta racional en las personas, y en particular, de las personas sabias, no tiene ningún asidero.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Extraído del libro “Oz Melej-Iyunim beSefer Shmuel”, ediciones Midreshet Hagolán.