El Dios de los huérfanos

El Dios de los huérfanos

La fe  en Dios, que es descripta por Hoshea, no está basada en la fuerza y en el poder de Dios sino en su relación con el hombre solitario, el débil, que halla en la fe en Dios un gran consuelo.

 “Ashur no nos salvará; ya no montaremos en caballos, y no diremos más a la obra de nuestras manos” (Versículo 4).

En la profecía del final de Hoshea, una profecía de consuelo que convoca al pueblo a arrepentirse y a retornar, a la Teshuvá, vemos algunos de los desafíos que tuvo que afrontar el profeta. El pueblo, aparentemente ele pueblo sostenía que la salvación provendrá de Ashur (Asiria), y que los caballos (de Egipto) los salvaran de manaos de sus enemigos, y de todos modos, estaban dispuesto a creer también en dioses elaborados por los humanos.

A lo largo de gran parte del periodo del primer Beit Hamikdash, el Gran Templo, los profetas afrontaron el intento de los reyes y los líderes de depender y confiarse en la ayuda militar externa a fin de resolver sus problemas políticos. A la  luz de ello, se podía prever que el profeta intentara llevar al pueblo a la conclusión, de que quien lo salvará será Dios. Ahora, cuando el pueblo se arrepiente y retorna, llega realmente a la conclusión de que Dios es Dios, pero de un modo sorprendente el factor de esta conclusión no es  su potencia militar ni su capacidad de salvar al pueblo de sus enemigos, sino “porque en Ti halla misericordia el huérfano” (Versículo 4). Así, Hoshea modifica la percepción general de la expectativa de Dios.

La razón por la cual el pueblo cree en Dios, es por su actitud para con el débil, el pobre, el extranjero y el huérfano. No obstante, su situación no cambia, aparentemente, el huérfano seguirá siendo huérfano, pero tiene un Dios que lo consolará. Este cambio de enfoque le permite al pueblo seguir creyendo en Dios al salir al exilio, incluso cuando Dios no se revela como el Dios de las guerras que vence a los pueblos y a otros dioses, sino sólo en su relación con la persona solitaria, débil, el pobre que halla en la fe en Dios un gran consuelo.

Hoshea transmite su profecía sobre el reino de Shomrón, en el momento previo a la salida al exilio, pero sus palabras de consuelo acompañaron al pueblo durante 2.000 años de exilio.

Gentileza sitio 929

 

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