El presente capítulo finaliza el conjunto de capítulos de santidad en el libro Vaikrá, concerniente también a la santidad del pueblo de Israel. El triste relato del blasfemo es aquí traído como ejemplo de las graves derivaciones de los matrimonios mixtos que son nocivos para la santidad del pueblo de Israel.
El episodio del blasfemo plantea algunas preguntas: Primero, ¿Por qué la Torá menciona también, en el marco de los conceptos vertidos por Dios a Moshé, las leyes del que golpea a un hombre y a una bestia? Segundo, ¿cuál es la naturaleza de este episodio, y por qué figura justamente aquí?
Parece, que el elemento central enfatizado en los versículos es el tema nacional. Resulta que el conflicto comenzó a partir de cuestiones de dinero, y es posible que la situación termine en la fase de los golpes entre ambas partes, y por ello se implican aquí juntas las leyes de daños y perjuicios y las leyes del que hiere a su compañero.
No obstante, de repente aconteció algo imprevisto: en el fragor de la discusión se incrementó el enojo del hijo del hombre egipcio, y él maldijo al hijo del hombre del pueblo de Israel con su Dios. Para estar a la altura de la gravedad de la cuestión debe destacarse que en la única ocasión que en el texto bíblico encontramos un fenómeno similar fue en el enfrentamiento entre David y Goliat (“Y el filisteo maldijo a David por sus dioses “{Shmuel I, capítulo 17, versículo 43}. ¿Qué es lo que provocó que el blasfemo actuara como lo hizo?
Resulta que la maldición fue provocada justamente por el origen problemático del blasfemo, como hijo del hombre egipcio. Se debe prestar atención, que la Torá no destaca en absoluto los nombres de los dos que pelearon, y el único nombre mencionado es precisamente el de la madre del blasfemo-Shlomit hija de Divri. Es decir, “la protagonista” central del episodio es justamente esa mujer, que dio a luz un hijo de un hombre egipcio. Parece que ese hijo siempre sintió cierta alienación hacia el pueblo de su padre que fue penado con castigos tan severos y en un momento de cólera estalló la frustración de un modo tan grave.
Resulta que, precisamente el origen complejo del blasfemo estaba en la base de la duda por la cual en primera fase los hijos de Israel lo dejaron en custodia. Visto y considerando que su estatus nacional no estaba claro, he aquí que no se daba por sobreentendido que debe ser castigado por su pecado como un miembro regular del pueblo de Israel. Es así que Dios hace hincapié en su respuesta a Moshé, que la ley de muerte para el blasfemo recae en toda persona que se halla en el campamento del pueblo de Israel: “y el que blasfemare el Nombre del Señor, morir habrá de morir: lapidar habrán de lapidarlo toda la congregación. Tanto el extranjero como el nativo cuando blasfemare el Nombre habrá de ser muerto.
Una ley habrá para vosotros: El extranjero como el nativo habrá de ser; ya que Yo soy El Señor vuestro D's
(Versículos 16-22)
A la luz de ello, se puede entender por qué la Torá describe este episodio justamente aquí. Nuestra Parshá (sección) concluye el grupo de capítulos de santidad en el libro Vaikrá (Versículos 19-23), que abordaban la santidad de los hijos de Israel, la santidad de los Cohanim y la santidad de los tiempos. A fin de representar brevemente el sentido de la santidad virtuosa de los hijos de Israel, la Torá trae este triste episodio sobre aquel que no está incluido en dicha santidad, y sobre el precio que pagó como consecuencia del daño a la santidad del pueblo de Israel por medio de su madre. El episodio del blasfemo es tal vez la descripción de la tragedia del fenómeno de la asimilación y los matrimonios mixtos.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet".