La Torá nos advierte acerca de no creer en un profeta que incita a la idolatría, incluso si ha realizado milagros. El Rambam brinda una serie de motivos y sostiene, entre otros conceptos, que el milagro puede ser también una ilusión y que la evidencia racional es preferible a la evidencia sensorial.
El Rambam no se maravillaba por la magia. A decir verdad, la Torá ya lo precedió en esto. En el capítulo 13 la Torá nos advierte acerca de no escuchar a la persona que intenta convencernos para practicar la idolatría. Incluso si esa persona incorpora a su discurso magia y milagros: “Cuando surgiere en medio de ti profeta o quien soñare sueños, y te ofreciere signo o prodigio. Y viniera a suceder el signo o el prodigio, que te había hablado, diciendo: vamos en pos de otros dioses, a quien no has conocido y adorémoslos. No habrás de escuchar las palabras del profeta aquel o de aquel quien soñare sueño…” (Versículos 2-4)
El Rambam, en su libro “Mishné Torá” establece que aquí, el texto bíblico se apoya en un principio elemental:”Aquel que cree en base a los signos, hay en su corazón una duda” (Hiljot Iesodei HaTorá 8, 1). Los signos y prodigios no representan una prueba sólida, ya que se los puede sustentar en el engaño o la ilusión
Sólo la profecía de Moshé, es decir la Torá, está por sobre toda duda, debido a que todo el pueblo de Israel escuchó a Dios hablándole a Moshé. Un profeta auténtico demuestra su profecía a través de signos; pero nosotros le creemos no por sus signos, sino por el hecho de que la Torá, que se halla por sobre toda duda, nos ha ordenado creer en el profeta que nos habrá de traer signos y prodigios verdaderos. Pues entonces, el Rambam escribió, está claro que no podremos aceptar las palabras de la persona que por medio de signos y prodigios intente incitarnos a la práctica de la idolatría. Debido a que nosotros consideramos los signos únicamente porque la Torá nos lo ordena; y entonces, el profeta que niega la Torá, no puede seguir actuando acorde a los postulados presentados anteriormente.
El Rambam, en su introducción a la Mishná, hace hincapié en otro punto. Allí escribe el Rambam que nosotros rechazamos los conceptos del profeta que nos incita a practicar la idolatría, incluso si los signos presentados coincidieron, ya que la razón nos obliga a servir a Dios, y evitar adorar otros dioses”; el testimonio de la razón que desarticula su argumento (el del profeta falso), es más fuerte que el ojo que ve su milagro” (Introducciones del Rambam, edición del Rabino Shilat, página 30). Aquí también, el Rambam destaca la falta de certeza existente en el testimonio sensorial; pero aquí no los enfrenta con el testimonio de nuestros patriarcas sobre la confiabilidad de la profecía de Moshé, sino con la certeza de la razón.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot".