El vínculo con la tierra que ún no fue conquistada ·

El vínculo con la tierra que ún no fue conquistada ·

Yehoshua no finaliza la tarea de la conquista y a pesar de ello, Dios le ordena repartir también como heredades las partes de tierra que no fueron conquistadas. Dicha distribución desarrolla el vínculo con la tierra y aproxima la concreción del derecho sobre ella.

 “Y Yehoshua era anciano” (Versículo 1)-no se refiere a una vejez evolutiva, sino a una vejez decepcionante que manifiesta un fracaso físico y espiritual. Él comenzó su accionar con entusiasmo sin detenerse ante las dificultades que afrontaba Israel, y lo logró. Pero Yehoshua no llegó a culminar su tarea y sus logros se fueron desvaneciendo. El tiempo y los factores de la realidad desgastaron sus esfuerzos y consumieron sus fuerzas.

Y por ende, la conclusión es: “A todos los Tzidonim los he entregado ante Israel, solamente hazla recaer como heredad sobre Israel como te lo he ordenado Y ahora, reparte esta tierra como heredad…“(Versículos 6-7).

¿Por qué resulta tan importante incluir en la heredad también las partes de la tierra que no fueron conquistadas?

La tierra es dimensionada no solo por lo que el pueblo tenía en sus manos concretamente, sino por lo que tenía en su espíritu y su visión. Por consiguiente, incluso cuando quedó claro que la conquista no se ha completado, no debe haber desaliento,  no se debe renunciar ni minimizar la visión al perímetro de  los límites actuales.

La imagen de la tierra sagrada y prometida no se modifica, incluso si no está en nuestras manos, y se debe continuar aspirando a alcanzarla. La caída de la tierra ceremonial y utópica es la expresión del sueño oculto, ella arraiga en los corazones del pueblo su propiedad sobre la tierra, cultiva el vínculo con la tierra prometida y acerca la concreción del derecho y la determinación de la posesión real de la misma.

Y parece ser que ello persigue un objetivo adicional. El asentamiento en la tierra y la toma real en ella fortalecen naturalmente los aspectos privados y útiles. Los mismos pueden convertir a la conquista en algo singular-interesante, desconectado de las necesidades de la nación y su destino. Debido a ello, Yehoshua  y su tribunal dividieron la tierra de Israel entre las tribus, a pesar de no haber sido conquistada, para que no se transforme en una conquista individual cuando cada tribu y tribu conquiste su parcela de tierra. Los que ahora salieron a la conquista de la tierra, no habrán de buscar un territorio propio sino que conquistarán la tierra de un modo programado en misión nacional y en favor de ella.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Oz vaAnavá, Yiunim beYehoshua Shoftim" publicado por "Midreshet haGolán".

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