Festividades nacionales y fiestas universales

Festividades nacionales y fiestas universales

Las festividades del mes de Tishrei nos enseñan que nuestro reconocimiento nacional está supeditado a nuestro reconocimiento universal. Sólo después de Rosh Hashaná, que es una festividad esencialmente universal, llega Iom Kipur que es una fiesta nacional, y tan sólo después de Sucot, llega Sheminí Atzeret.

El año nuevo hebreo tiene dos comienzos, el nacional y el universal. Desde el aspecto nacional celebramos nuestra libertad-según la tradición de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, en Rosh Hashaná concluyó la esclavitud de nuestros antepasados en Egipto. Y desde el aspecto universal recordamos el día del juicio, el día en el cual el Creador juzga a todas sus creaturas. Todas las criaturas del mundo pasan ante Dios como un rebaño. Se habrá de definir el destino de las naciones: cuál de ellas se verá envuelta en guerras y cuál disfrutará de la paz. Cuál de ellas habrá de sufrir hambruna y cuál tendrá alimentos para saciarse. En las plegarias de Rosh Hashaná realizamos un llamamiento a todos los pueblos del mundo, para que todos se aglutinen y reciban el yugo divino. Antes del sonido del Shofar los invitamos a tocarnos con la palma de la mano, unos a otros con amor y afecto: “Todas las naciones batan palmas, aclamen a Dios con voz de cántico”.

Las cuatro festividades del mes de Tishrei nos enseñan que nuestro reconocimiento nacional está supeditado al recuerdo de nuestro compromiso mundial universal. Rosh Hashaná es un día universal. Después de que lo celebramos, tenemos el privilegio de un día como Iom Kipur, el Día del Perdón, que es una jornada nacional nuestra, particular. Luego llega la festividad de Sucot que es universal. En el Templo de Ierushalaim se ofrendan 70 novillos en el transcurso de los siete días de la festividad en favor de las 70 naciones del mundo. Según el profeta Zejariá, ésta es una festividad, en la que en el futuro por venir, todos los pueblos peregrinarán hacia Ierushalaim y la habrán de celebrar. Después de Sucot, llega Sheminí Atzeret, que es la festividad de Simjat Torá, “En el día octavo, asamblea habrá para ustedes” (Versículo 35). Un día exclusivamente para nosotros. En este día se ofrendan “un novillo, un carnero” en referencia a la nación particular y especial.

Tal como lo expresaran los Sabios en el Midrash, que Dios nos pide a nosotros un día más:

“Quédense conmigo un día más, me resulta difícil despedirme de ustedes”

Gentileza  del sitio 929.

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