En nuestra generación existe el hambre de espiritualidad al que alude Amós en su profecía: las personas buscan espiritualidad en todo tipo de lugares y “en toda clase de religiones”, del norte al oriente.
Amós profetiza sobre un hambre que será enviado a la tierra, el que será completamente diferente a toda hambruna que conocemos. Conforme a sus palabras-se tratará de un hambre de escuchar la palabra de Dios. Y no importa cuánto hayan de buscar, no hallarán la palabra de Dios, que con tanta avidez desean. El hambre será muy grande hasta el punto que se desmayarán de la sed, en el marco de la búsqueda, y no volverán a levantarse…
Acerca de esta llamativa profecía, surge el interrogante-¿Acaso el hambre de la palabra de Dios es un castigo? Y si en efecto aparece un hambre de la palabra de Dios ¿por qué Dios no querría satisfacer con su palabra? ¡Si ya finalmente buscan la palabra de Dios! Es el día que tanto anhelábamos, ¿no?
Aparentemente, esa hambruna llega al mundo como castigo. Tal como el cuadro es completado por el último versículo-el hambre llega como castigo por los pecados de los israelitas en Shomrón, al abandonar a Dios por sustitutos baratos en los altares construidos en Bet El y Dan. Un castigo por abandonar a Dios y su senda. Si cuando Dios está presente y su palabra es escuchada, a través de los profetas y de la Presencia Divina en el Templo, ellos no lo quieren, pues entonces, Dios se alejará y les ocasionará que sientan Su ausencia. La ausencia se sentirá y comenzará una gran hambruna, y por la misma, la gente saldrá a buscar algo que les pueda satisfacer su hambre espiritual y no podrán hallarlo hasta que desfallezcan por la sed y la falta de la palabra de Dios.
Esta profecía nos lleva nuevamente a la realidad actual, y recuerda la gran búsqueda del mundo en pos de la palabra de Dios: ya sea a través de las grandes religiones monoteístas, o a través de la búsqueda constante de la espiritualidad y la verdad “del norte al oriente”.
Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización “NAJAT”, jóvenes amantes del Tanaj, que representa el Centro Juvenil de Estudios de Tanaj.