Según el comentarista Rashi y el Midrash, Moshé fue preciso en su lenguaje al definir que los hijos de Israel saldrán “como a la medianoche” y no “en la mitad de la noche”. Debemos reconocer que no tenemos la capacidad de poder comprender e internalizar todo. Pero no podemos permitirnos que dicho reconocimiento nos conduzca al desaliento de intentar entender lo máximo posible.
Moshé declara en nombre de Dios: “Al promediar la noche yo voy a salir en medio de Egipto, Y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto” (Versículos 4-5). A diferencia de ello, cuando finalmente Dios golpea a Egipto, el texto es un tanto diferente: “Era la medianoche y Adonai causó la muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto” (Capítulo 12, versículo 29). Rashi explica que Dios puede precisar una hora exacta: “a la medianoche”. A diferencia de ello, cuando Moshé transmite su mensaje, él alude a una hora estimativa: “como a la medianoche”, o sea-aproximadamente a la medianoche.
Dios conoce la verdad precisa y total. Pero nosotros, las personas, vivimos en la confusión. Tal como nos enseñara Moshé, no podemos endilgarle nuestros errores a Dios. Muchas veces, la lógica o el sentimiento nos trasladan a sitios que aparentemente contradicen la palabra de Dios. En esos casos, es importante recordar nuestras limitaciones naturales. Los logros de la ciencia moderna fueron posibles solamente cuando la ciencia renunció a la pretensión de explicarlo todo, una pretensión que caracterizó a la ciencia aristotélica de la antigüedad y la Edad Media, y pasó a enfocarse en un segmento muy limitad de la realidad.
En la “Hagadá de Pesaj”, narración de Pesaj está descripto el diálogo con los cuatro hijos. Uno de ellos es el que no sabe preguntar. Este hijo ya se desanimó por completo: ni siquiera intenta formular preguntas. Pero aquí la Torá tiene un mensaje importante: “Y le contarás a tu hijo” (Capítulo 13, versículo 8). Están aquellos que sostienen: si el hijo no pregunta, pues ¿para qué empezar a complicarlo? La Torá no quiere que renunciemos a la aspiración de entender.
En el mundo post-moderno, somos dolorosamente conscientes de nuestra incapacidad de llegar a comprender todo lo que sucede. Esta postura tiene ventajas: la misma nos educa a la humildad, a reconocer nuestras limitaciones. Ella nos abre los portones de la fe. Pero la Torá enfatiza que la humildad se transformará en desánimo. Debemos tratar de comprender todo lo que podamos, acumular más y más conocimientos y sabiduría, vivir en el mundo como personas y no como sombras.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot"