Infografía y síntesis del capítulo, Génesis 22

Infografía y síntesis del capítulo, Génesis 22

La revelación de Dios a Abraham y los preparativos para la Akeidá (1-8)

El texto comienza con una aclaración de que la Akeidá (sacrificio) es una prueba para Abraham. Dios le solicita a Abraham tomar a su hijo, Itzjak, y elevarlo como ofrenda en la tierra de Moriá. Abraham obedece a los conceptos de Dios y se encamina con Itzjak y sus dos mozos. Abraham ve el sitio de la Akeidá, le pide a sus mozos que se queden atrás, coloca las maderas de la ofrenda sobre Itzjak y lleva en su mano el fuego y el cuchillo y continúa junto a Itzjak: "y se encaminaron ambos, juntos" (6). En el trayecto, Itzjak le pregunta a su padre "He aquí el fuego y la leña ¿donde está, el cordero para el holocausto?" (7). ¿Acaso Itzjak sabía que él es "el cordero para el holocausto"? ¿Qué respuesta espera Itzjak? Abraham responde de un modo evasivo: "Elohim, Él proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío" (8)

El sacrificio (9-14)

Y llegó el momento decisivo, el punto culminante del episodio. Abraham e Itzjak llegan al sitio, Abraham comienza con la construcción del altar, prosigue con los preparativos de las leñas sobre el altar y ata a su hijo Itzjak. Abraham extiende su mano para sacrificar a su hijo y en ese instante proviene la orden Divina "No extiendas tu mano contra el niño" (12). Abraham responde "héme aquí" y el emisario de Dios le dice que en realidad Dios no está interesado en el sacrificio de Itzjak sino tan sólo en el conocimiento rotundo "pues ahora yo sé, ya que temeroso de Elohim eres tú" (12). Abraham ve un carnero, y eleva al carnero como ofrenda en lugar de Itzjak. En base a la mirada (que se repite en el episodio) Abraham denomina al lugar "Hashem Ieraé." (El Eterno vera) (14)

La revelación del emisario de Dios a Abraham (15-19)

En esta instancia, tras la culminación del episodio, el emisario de Dios se revela una vez más a Abraham y lo bendice por haber estado a la altura de la prueba " y no Me negaste ni aún a tu hijo, a tu único" (16) Abraham se hace acreedor a la bendición de descendencia numerosa, y al hecho de que "Y serán bendecidos por tu descendencia todas las naciones de la tierra" (18). Abraham (¿con o sin Itzjak?) retorna al encuentro de sus mozos y regresan a Beer Sheva.

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