El comentarista Abarbanel, hace una introducción a esta profecía que paso a traducir:
La intención de esta corta profecía, es hacerles saber al pueblo de Israel, que Dios no estaba enfadado con ellos, y que lo que había obrado con sus padres al exiliarlos y permitir la destrucción del Templo, se debía a la maldad de los actos de aquella generación. Pero ahora, Dios los había hecho volver a ellos desde el exilio de Babel, para que puedan comenzar a recomponer el pacto con Dios que se había quebrado, apegándose y sirviendo a Dios con todo su corazón, para que, de esa forma, vuelva a morar entre ellos la Presencia Divina. Es por eso que, les advierte para que abandonen los malos caminos por los que transitaron sus padres, pues esos senderos los condujeron a la perdición y el exilio.
También les advierte que la época de los profetas está pronta a llegar a su fin y que no surgirán nuevos profetas, por lo tanto, deben aprovechar al máximo las palabras de los profetas y aprender las lecciones que les transmiten.
Continua Abarbanel y sostiene que las profecías persiguen uno de los siguientes objetivos, o los tres a la vez:
- Hacerles conocer que Dios sabe todo lo que pasa y que maneja los acontecimientos, haciéndoles saber los sucesos antes que éstos ocurran.
- Escuchar concejo y reprimenda ética para corregir sus malos caminos.
- Sembrar en nuestros corazones la esperanza y fe en que Dios recompensará y salvará a todos aquellos que transitan por Sus caminos de bondad, justicia y sabiduría.