Yehoajaz y Yoash, dos reyes de Israel que hicieron lo malo a los ojos de Dios, fueron castigados por ello, y a pesar de ello, al final, ambos lograron la salvación. El reino de Israel en el norte continuó existiendo a pesar de sus pecados, e incluso alcanzó buenos logros. ¿En base a qué y por qué?
En referencia a Yehoajaz, el hijo de Yehú, el texto menciona: “E hizo lo malo a los ojos del Señor, siguiendo los pecados de Yarovam, hijo de Nevat... Con lo cual se encendió la ira de Dios contra Israel... Mas Yehoajaz suplicó el favor de Dios, y Dios le oyó...” (versículos 2-4). Lo mismo aparece en relación a Yoash: “E hizo lo malo a los ojos del Señor; no se apartó de todos los pecados de Yarovam, hijo de Nevat” (versículo 11), y a pesar de ello, cuando lloró y suplicó ante Elishá cuando éste agonizaba y dijo “¡Padre mío!, ¡padre mío! ¡Carro de Israel y su gente de a caballo!” (versículo 14), Elishá lanzó con él luna flecha de victoria. En este caso, la Providencia no actuó de modo habitual, sino con otro método, y la pregunta se impone: ¿Por qué al Reino de Israel no aplica la ley de recompensa y castigo que abarca todo el Tanaj? El texto explica la razón de ello: “porque vio la opresión de Israel con que los oprimía el rey de Aram” (versículo 4), y así también: “Pero les tuvo misericordia Dios, y compadeciéndose de ellos, se volvió hacia ellos a causa de Su pacto con Abraham, Itzjak y Iaacov, y no quiso destruirlos, y no los ha desechado de Su presencia, hasta entonces” (versículo 23).
Se mencionan aquí dos fundamentos para la salvación de Israel-el pacto y la presión. En la base del asunto se halla el pacto Divino con Israel que no tiene cambio alguno, y convierte a Israel en el elegido entre todos los pueblos. Es por ello que la exagerada presión aramea, que amenazaba la misma existencia del pueblo, es una razón para salvar al pueblo.
El punto culminante de esta iniciativa Divina en Israel, se registró en el período de Yarovam, el hijo deYoash. También en referencia a él, el texto señala: “E hizo lo malo a los ojos del Señor” (capítulo 14, versículo 24), y a pesar de ello, logró restituir la frontera de Israel a la época gloriosa de David y Shlomó (capítulo 14, versículos 25-27).
Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Mikdash Melej-Iyunim beSefer Melajim”, de ediciones Midreshet HaGolán.