¿Cómo es posible que Dios destruya la ciudad de Sedom, después de haber prometido que no habrá más otra destrucción? ¿Cuán graves fueron los actos de Sedom, que justificaron la destrucción de la ciudad?
Dios dijo después del diluvio: “No habré de maldecir más a la tierra por causa del hombre, ya que el impulso del corazón del hombre es malo desde su juventud y no habré de destruir más a todo ser viviente, como hice.”. (Bereshit capítulo 8, versículo 21)
La destrucción de Sedom y Amorá (Sodoma y Gomorra) nos enseña que no deben sacarse conclusiones amplias de esa promesa, ya que en Sedom se registró un hecho similar al diluvio.
La destrucción de Sedom, a diferencia del diluvio, no es presentada como un hecho excepcional. Por el contrario, en el pacto que encontramos en la sección Nitzavim en el libro Devarim, la destrucción de Sedom es presentada como un modelo a través del cual Dios realiza un ajuste de cuentas con aquellas personas que se guían por la arbitrariedad de su corazón malvado: “Todo es azufre y sal. Toda su tierra es fuego. No puede sembrarse y no puede producir, ni puede crecer en ella ninguna clase de hierba, tal como sucedió en la devastación de Sedom y Amorá” (Devarim, Deuteronomio, capítulo 29, versículo 22). La amenaza que aparece en la sección Nitzavim, prácticamente se hace realidad en la generación de Yeshaiahu (Yeshaiahu capítulo 1, versículos 7-10)
¿Por qué no existe contradicción entre la promesa de que no habrá más diluvio sobre la tierra y la destrucción de Sedom, que se convirtió en símbolo y ejemplo de la destrucción de los sitios sumidos en el pecado?
Hay dos diferencias básicas entre el diluvio y la destrucción de Sedom:
La primera,el alcance de la destrucción: en ocasión del diluvio, la destrucción fue decretada para todo el mundo, mientras que en el caso de Sedom, se trata solamente de la destrucción de una tierra sumida en el pecado.
La segunda, el modo de la destrucción: en los días del diluvio el acento estaba puesto en la modificación del orden de la creación. En ocasión de la destrucción de Sedom, se hace referencia a un hecho local que no influyó sobre la naturaleza del mundo. A pesar de que en Sedom se registraron hechos que fueron más allá de la naturaleza (lluvia de azufre y fuego, la transformación de la esposa de Lot en una estatua de sal), sin embargo los milagros puntuales son parte del orden universal posterior al diluvio.
El argumento de que “el impulso del corazón del hombre es malo desde su juventud” (Bereshit capítulo 8, versículo 21), que es citado como el motivo por el cual no habrá otro diluvio, puede servir de fundamento como para eximir del castigo al género humano en general. No se lo puede acusar al hombre por la inclinación de su corazón a lo material, ya que esa es su naturaleza. No obstante, el pecado de los hombres de Sedom no deriva de las debilidades humanas y los modelos de conducta humana naturales. El pecado de los sodomitas va más allá de la naturaleza humana, ya que el hombre fue también creado con un instinto bueno, y la cualidad de piedad también es parte de su naturaleza. En Sedom se desarrolló una cultura que anuló totalmente las cualidades de bondad y misericordia. Por ello no se los puede defender a partir del argumento que “el impulso del corazón del hombre es malo desde su juventud”. Los hombres de Sedom se corrompieron mucho más allá de ello. En este caso no es el instinto natural y salvaje el que actúa, sino una corrupción exagerada, intencionada y elaborada movilizada a partir de una herejía absoluta: “ El corrupto dice con su corazón: No hay Dios! Se corrompieron se pervirtieron, no hay quien procure el bien” (Tehilim, Salmos capítulo 14, versículo 1).
Rab Profesor Yehuda Brandes: graduado de Yeshivat “HaKotel” y recibió la ordenación rabínica del Gran Rabinato de Israel. Tiene un Doctorado en Talmud, recibido de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 2003. Ha dirigido “Beit Morasha”, el Centro de Estudios Judaicos Avanzados y Liderazgo en Jerusalén, entre 1998 y 2014. Preside Herzog College desde el 2014, fue uno de los fundadores de la “Escuela Maalé de Televisión, Cine y las Artes”.