“Y a losef le nacieron dos hijos — antes que sobreviniera el año del hambre — que dió a luz para él Asenat hija de Potifera — sacerdote de On” (Versículo 50)
Asenat era integrante de una prestigiosa familia de sacerdotes: desde los albores de su infancia fue educada en las concepciones egipcias y comprendía todos los “secretos” de Egipto, mientras que Iosef-a pesar de todo- era tan sólo un siervo y un mozo hebreo que ascendió en sus posiciones por gracia del rey.
Una persona puede ser superior y jefe para una nación a tal punto que todos le teman, y a pesar de ello en su hogar es un siervo que se arrastra ante su esposa soberbia.
¿Dónde residía la dificultad de que Asenat fuera realmente la esposa de Iosef y la madre de sus hijos? Si no fuera que se identificó profundamente con la forma de vida de Iosef, si no fuera que contrajo matrimonio con un hombre de valores como Iosef, pues era inminente el peligro de que a pesar que diera a luz a los hijos, aún así los hijos no fueran de Iosef.
El vocablo “Iulad” es particular, y nos enseña que el nacimiento estaba bajo una particular influencia, bajo el cuidado y la bendición Divina. Y efectivamente, Iosef requería de todo esto. En Egipto, había un judío, y su esposa era hija de un cura pagano; pero a pesar de ello él tuvo el mérito de tener hijos y los educó de tal forma que las últimas generaciones fueron bendecidas por ellos: “Que te haga Elohim como Efraim y como Menashé”.
(Editado por el equipo del sitio del Tanaj del comentario de Rabí Shimshon Rafael Hirsch alusivo al libro Bereshit, capítulo 41, versículo 50)
Rabí Shimshon Rafael Hirsch- vivió en Alemania entre los años 1808-1888. Encabezó la lucha contra los reformistas, y junto a ello enarboló la bandera de la modernización, desde su concepción “Torá im Derej Eretz”, “Torá con cultura universal”. Escribió muchos libros y entre ellos un comentario sobre la Torá.