El episodio de las hijas de Tselofjad no concluyó en el capítulo 27 sino que retorna también en nuestro capítulo, en otro contexto. La diferencia significativa entre las dos partes del episodio, es que mientras la primera parte alude a la heredad en posesión de los individuos, la segunda parte refiere a la heredad de toda la tribu.
Tras el censo, que prepara la herencia de la tierra de los individuos, llegan las representantes del individuo discriminado con la herencia de la tierra y demandan la reparación de ello: “¿Por qué habrá de ser suprimido el nombre de nuestro padre…? (Capítulo 27, versículo 4); tras la entrega de los preceptos que preparan la distribución de la tierra y su herencia a través de las tribus y sus dignatarios, llegan los representantes de la tribu que se siente discriminada en la herencia de la tierra y exigen la reparación de dicha sospecha: “Y de la heredad de la tribu de nuestros padres, será reducida la herencia de ellas” (Capítulo 36, versículo 4). La reparación de la discriminación del individuo-sostienen los líderes de la tribu de Menashé- puede llegar a producirse a cuenta de la discriminación de toda la tribu.
A pesar de que en el plano jurídico existe, aparentemente una contradicción entre el argumento de las hijas de Tselofjad y la postura de los líderes de la tribu de Menashé, dicha contradicción es fácilmente explicada, como se verá en la continuidad del relato. Es más importante prestar atención, justamente a los móviles similares de los dos grupos que reclaman: para ambos grupos es muy importante el derecho de heredar la tierra. Tanto las hijas de Tselofjad como los líderes de la tribu de Menashé, no presentan sus argumentos y reclamos por cuestiones meramente económicas. El derecho de heredar la tierra es un derecho para el individuo y para todos, y tanto el individuo como el colectivo desean fervientemente concretar este derecho y temen ante la posibilidad de alguna discriminación al respecto. Esta igualdad de móviles es el expresado en el paralelismo directo entre las dos partes del relato.
El libro Bamidbar concluye con la completa solución del problema de la herencia de la tierra: ya sea el problema de los individuos, cuyas hijas son las que heredan si es que no tienen hijos, y ya sea el problema de las tribus-cuya heredad en posesión tribal puede verse afectada por ello.
Los dos referentes que presentaron sus argumentos y reclamos ante Moshé los exhibieron de buena manera y con conocimiento, con sumo respeto y sin ninguna animosidad entre ellos. Ellos no están disputando una tierra que está a la vista sino una heredad en posesión que será entregada en el futuro, y lo hacen a partir de un intenso amor por la tierra anhelada. Es debido a ello que ambos grupos tuvieron el mérito de obtener el acuerdo divino para sus reclamos y lograr la instrucción que le permite a ambos grupos heredar la tierra: “Lo correcto, las hijas de Tselofjad están hablando” (Capítulo 27, versículo 7)- “Lo correcto, la tribu de los hijos de Iosef están hablando” (Capítulo 36, versículo 5)
Editado por el equipo del sitio del Tanaj.
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".