La quinta lamentación: el sufrimiento de los refugiados y su plegaria

La quinta lamentación: el sufrimiento de los refugiados y su plegaria

En la quinta lamentación se describen los sufrimientos y el oprobio de los refugiados, y la misma concluye con un pedido a Dios para que retorne junto al pueblo de Israel

En la quinta lamentación condicionan los refugiados sus sufrimientos y oprobio. Y aquí se oye el clamor de los sobrevivientes a la vista del “monte de Tzión, el cual está desolado” (Versículo 18).

La lamentación comienza con una solicitud que es también una especie de reclamo: “Acuérdate, oh Señor, de lo que nos ha sucedido” (versículo 1), y luego algunas descripciones  de “lo que nos ha sucedido”: “Nos hemos convertido en huérfanos, sin padre” (versículo 3), “Con el yugo sobre nuestras cervices somos urgidos” (versículo 5), “Esclavos nos señorean” (versículo 8). En relación a estas descripciones, aparecen también las descripciones de la crueldad del enemigo: “Violaron a las mujeres en Tzión” (versículo 11), “Los príncipes fueron colgados de las manos” (versículo 12), y por consiguiente “Ha cesado el gozo de nuestro corazón…La corona ha caído de nuestra cabeza” (versículos 15-16).

La lamentación concluye con un pedido a Dios para que retorne junto al pueblo de Israel: “¡Haznos Volver, oh Señor, a Ti, para que nosotros nos volvamos; renueva nuestros días, (para que sean) como de antiguos tiempos” (versículo 21), y en este cierre debe verse lo esencial del libro y su propósito.

A diferencia de la soledad reflejada en el inicio de la primera lamentación, en el cierre de la última lamentación aparece una plegaria del retorno a Dios y para la renovación de los tiempos antiguos, los días en los cuales la divinidad se revelaba públicamente al pueblo de Israel

Tal vez, pueda verse en el orden de las lamentaciones en el libro, una especie de plan arquitectónico calculado.

En las dos primeras lamentaciones, figuran las descripciones de la destrucción y la soledad de la nación.

En la tercera lamentación, que aparece en el medio del libro, aparece la reflexión del “hombre” a raíz de la providencia divina.

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