La rebelión tendrá consecuencias

La rebelión tendrá consecuencias

En el marco de la serie de profecías alusivas a los pueblos, aparece una profecía sorprendente sobre Ierushalaim; Yeshaiahu observa la ciudad que se apresta para la guerra, y ve una destrucción.

Una profecía sorprendente sobre Ierushalaim, dentro de las profecías (“Masá”) alusivas a los pueblos, y aparentemente, por ello, su nombre no es mencionado-la ciudad es sólo un “valle de la visión” (versículo 1), para la aparición de la mano de Dios en la historia, mientras se excita con los preparativos para la revuelta y para el asedio que se prevé, a través del fortalecimiento de las murallas y el desvío de la fuente del Guijón hacia la ciudad ampliada, a través del túnel del Shiloaj (Siloé). El profeta ansioso vio a la ciudad aprestándose para la guerra y celebrando, como si ya avizorara el triunfo, a pesar de que todos saben que habrán de caer muchas personas, y nadie sabe quién (“Comamos y bebamos, porque mañana moriremos”, versículo 13).

El profeta, en nombre de Dios, convocó al ayuno y al clamor “al llanto y a la lamentación...al ceñimiento del saco (en señal de duelo)” (versículo 12), debido a que una Ierushalaim que no se sienta segura en sus fortificaciones, no se rebelará contra las potencias, pero una Ierushalaim que confía en sí misma, se rebelará una y otra vez, y al final, el pueblo se verá forzado a llorar y lamentar “Cómo”, aludiendo a “la ciudad llena de gente” (Eijá, Lamentaciones, capítulo 1, versículo 1).

Durante tres años, Yeshaiahu anduvo “desnudo y descalzo” (capítulo 20, versículo 3), a fin de impedir que Jizkiahu, su protegido, se uniera a la rebelión de Ashdod, y ahora volvió a vestir un saco (en señal de duelo).

Frente a Sargón, Jizkiahu permaneció en la línea del profeta, pero ante lo que parecía como una total desintegración bajo Sanjerib, Jizkiahu se convirtió en conductor, conquistó la ciudad filistea de Ekrón, y coronó allí a un rey en su nombre (como se menciona en la inscripción de Sanjerib):

“Y se rebeló contra el rey asirio pero no le sirvió;

Golpeó e hirió a los plishtim (filisteos) hasta Aza y las comarcas de ella...” (Melajim II, capítulo 18, versículos 7-8).

Por otra parte, Yeshaiahu emprendió un duro ataque personal contra un referente de alto rango, “Shevna, que preside en la casa real” (versículo 15), por la glorificación de su nombre a través de una tumba pomposa. Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, contemplaron a Shevna como el líder del “Partido de la Rendición” (al igual que Ajaz; Sanhedrín 26a).


Cortesía sitio 929

 

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