La reprimenda que incluye un consuelo

La reprimenda que incluye un consuelo

 

La profecía oscura y dura descrita en nuestro capítulo acerca de la búsqueda desesperada de la palabra de Dios, los Sabios optaron por  iluminarla con una luz de buena esperanza.

Entre los duros conceptos alusivos a la destrucción que encontramos en el capítulo, estalla de boca de Amós una profecía que describe el tremendo desaliento que se apoderó de los hijos e hijas de Shomrón.

 “He aquí que vienen días, dice el Señor Dios, en que enviaré hambre sobre la tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír las palabras del Señor. Y andarán vagando de mar a mar, y desde el norte hasta el oriente correrán de acá para allá, en busca de la palabra del Señor; mas no la hallarán. En aquel día, las hermosas vírgenes y los jóvenes desfallecerán de sed. Los que juran por el pecado de Shomrón, y dicen: "¡Por vida de tu dios, oh Dan!", y "¡por vida de tu camino, oh Beersheva!", ellos caerán, y no se volverán a levantar más” (Capítulo 8, versículos 11-14)

La profecía describe a la persona que se halla a punto de deshidratarse y mientras tiene un hálito de vida busca un poco de agua para su alma agotada antes de morir. Esta descripción refleja la búsqueda desesperada de los habitantes de la Tierra “para escuchar las palabras de Dios”. Su búsqueda desesperada de respuesta termina en un desmayo y una caída de la que no se puede recuperar. Tal vez sea ésta la más dura de todas las  profecías. La persona busca una respuesta de Dios y no hay quien responda.

La palabra de Dios abandonó la tierra. Aquellos que se consideraban que eran la “gloria de Iaacov” y estaban seguros de su legado ancestral, ahora se encuentran abandonados, sin dirección ni rumbo. De ese modo llegan al desmayo y hasta la muerte.

Este tipo de situaciones fueron contempladas a lo largo de las generaciones, con el adicional de un sonido de consuelo. Los oídos posteriores de Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria y de los comentaristas, percibieron en las palabras del profeta que habrá de llegar un día y la tierra se colmará de hambre y de sed de oír la palabra de Dios. El final de la frase “y no la hallarán” (versículo 12) prefirieron atenuar. La idea de una sociedad que anhela el espíritu, que busca el contacto con la palabra de Dios y lo busca en toda la tierra, iluminó esta oscura profecía con una luz de buena esperanza.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraído del libro “Shmoná Neviim Beavotot Ahavá”, ediciones literarias Yediot.

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