La santificación del gran nombre

La santificación del gran nombre

Tras la profanación del gran nombre en la derrota de Even Haezer, el nombre de Dios es santificado en la tierra de los Pelishtim(filisteos). Pero, para gran sorpresa, son las vacas las que realizan la voluntad divina e incrementan su gloria, mientras que los israelitas no se arrepienten.

 

En el capítulo 5, el arca le asesta a los Pelishtim un golpe doble: a ellos y a sus dioses. Así sucedió en Egipto “y pasaré por la tierra de Egipto en esta noche y daré muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde hombre hasta bestia. y con todos los dioses de Egipto haré juicios punitivos, Yo, Adonai “ (Shemot capítulo 1, versículo 12). Y así como las plagas en Egipto no provocaron solamente duelo y dolor sino también humillación como aconteciera en la plaga de ranas, también se refleja aquí. Además de la epidemia, ellos sufren de malestares intestinales, hemorroides y ratones. Todo su orgullo se evapora como humo. Vacilan, dudan y se complican.

 

Lo que le resulta difícil comprender a los seres humanos-es claro y simple para las vacas. Las personas tienen la facultad de elegir y por ende pueden llegar a distorsionar sus caminos y malograr su destino. No es eso lo que ocurre con las vacas quienes cumplen su rol con fe. Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, en el Tratado de Avodá Zará 24b explicaron que las vacas entonaron un cántico similar al cántico del mar entonado al salir de Egipto. Pero allí el milagro fue realizado para salvar a Israel y ellos entonaron el cántico, mientras que en esta instancia los hijos de Israel están adormecidos y las vacas cumplen su rol. Ellas realizan la voluntad de Dios, e incrementan Su gloria y los israelitas no se arrepienten.

 

El final del capítulo en Beit Shemesh coloca a Israel al mismo nivel de los Pelishtim-también ellos son golpeados y envían el arca a Kiriat Iearim. Los hijos de Israel aún no han comprendido  la causa de la caída, el verdadero pecado. No se percibe aquí ni reparación ni arrepentimiento. Por ende, Israel no tiene participación en esta santificación del nombre.


 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro “Oz Melej-Iyunim besefer Shmuel”, publicado por “Midreshet HaGolán”.

 

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