Las relaciones entre nosotros y Dios

Las relaciones entre nosotros y Dios

En este capítulo, los reclamos del pueblo surgen como consecuencia de la larga duración del exilio y el sentimiento de olvido y ocultamiento divino, como un siervo abandonado por su amo. En esta situación, el principal consuelo está en enfatizar la existencia de otras diversas relaciones entre Israel y Dios, y su estabilidad frente a las crisis.

Nuestro capítulo habla de un punto avanzado en términos del eje temporal del exilio y del progreso espiritual. Israel ya no está bajo el shock inicial del exilio ni está paralizado, sino que reacciona a la realidad creada. La dificultad en el exilio que está en el trasfondo del diálogo presentado en nuestro capítulo no es el golpe inicial y el dolor agudo, sino la persistencia del exilio a lo largo de días y años. Las conclusiones sobre el olvido de Dios a su pueblo que el profeta pone en boca de Israel derivan de la duración del exilio y su significado. Los reclamos de abandono y olvido ("Tzión, no obstante, ha dicho: "¡Me ha abandonado el Señor, y mi Señor se ha olvidado de mí!, versículo 14) expresan un sentimiento de indiferencia a largo plazo y ocultamiento divino permanente, y no la ira y furia del castigo en su momento.

La respuesta del profeta que consuela al pueblo en nombre de Dios emplea una doble táctica: Primero, la respuesta inmediata es prometer que la redención llegará pronto y terminará en breve (versículos 17-21). El profeta enfatiza la rapidez e inmediatez de la redención: " Tus hijos se apresurarán (a venir)... porque ésta será entonces demasiado estrecha para los habitantes ahora serás demasiado estrecha para tus habitantes" (versículos 17-19) así como la capacidad de transformación que puede cambiar el curso de la historia de un extremo al otro de manera que sorprende al hombre. Israel se quedará asombrado ante la redención, ya que cuando llegue en su momento, podrá venir de forma sobrenatural que trasciende el proceso histórico normal y su gradualidad inherente, y por lo tanto el hombre no entenderá de dónde esto proviene.

Segundo, el profeta presenta las relaciones entre Israel y Dios y muestra que no se han roto sino que continúan existiendo a largo plazo.

El profeta no transmite la razón que Israel da para su sentimiento de abandono. En realidad, es posible que no pretendan dar un motivo teológico sino expresar el sentimiento existencial de que la duración del exilio da cuenta de olvido e indiferencia. En cualquier caso, está claro que la raíz de este sentimiento está en una cierta percepción de la relación entre Israel y Dios, ya que el reclamo de abandono presupone cierta relación. Y de hecho, cuando los Sabios pusieron un reclamo similar en boca del Israel de la generación de la destrucción, este punto fue enfatizado:

"Como dijeron Israel a Yejezkel... Le dijeron: Yejezkel, ¿un siervo que su amo vendió no sale de su dominio? Les dijo: Sí. Le dijeron: Ya que Dios nos vendió a las naciones, salimos de su dominio. Les dijo: He aquí que un siervo que su amo vendió con la condición de volver, ¿acaso sale de su dominio?" (Sifrí Bamidbar, párrafo 115, “A fin de que recuerden”).)

La relación que sirve como base para la discusión entre Yejezkel y el pueblo es la relación de siervo y amo. El pueblo asume que su vínculo con Dios es de propiedad y no existencial y por ende puede cambiar. Y ciertamente, no se puede negar que la relación amo-siervo sirve en la Torá como expresión del vínculo entre Israel y Dios, y en esto el pueblo no se equivoca. Sin embargo, su error respecto a la ruptura del vínculo se basa en dos elementos:

a. No se trata de un vínculo de propiedad-comercial sino existencial. En términos de su definición es servidumbre, ya que implica dependencia y deriva del hecho de que el hombre es creación del Señor de toda la tierra ("Te he formado, Mi siervo eres tú"; capítulo 44, versículo 21), pero no es un sistema utilitario. El ser humano como siervo de Dios es una esencia espiritual, y es significativa tanto desde la perspectiva del hombre como desde la del Creador, y por lo tanto Él no la quebrará.

b. La relación de amo y siervo existe entre el hombre y Dios, pero no es la única relación, y junto a ella existen otros vínculos y relaciones.

En los capítulos siguientes, donde la relación de siervo y amo no es la única o la central, el principal consuelo está en enfatizar la existencia de otras relaciones entre Israel y Dios, y su estabilidad frente a las crisis. De esta manera, Yeshaiahu presenta tres modelos de relaciones, y en los tres enfatiza su fortaleza incluso frente a traumas y crisis de confianza severas entre las partes.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Cortesía sitio VBM de la Academia Rabínica “Har Etzion”

 


 

 

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