Algunos sostienen que existe un contraste fundamental entre la Torá y los profetas, como si la Torá enfatizara los preceptos rituales y los profetas, la ética, pero Amós y Yeshaiahu no conocían esta dicotomía.
Los pecados morales (4,1) y los pecados religiosos (4,5-6) se unieron para definir el destino del reino de Israel-Shomrón, a los ojos de la profecía.
"Las vacas del Bashán (= las engordadas con riquezas, sin justicia) que están en el monte de Shomrón, que oprimen a los pobres, que aplastan a los necesitados, que dicen a sus señores: “Traigan para que bebamos' (su sangre)... Vayan a BethEl y cometan crímenes en Guilgal (con los pecados de los becerros y los sitios altos); multipliquen (altares) sus pecados (en contra del mandamiento que prohíbe la multiplicación de santuarios; Devarim, capítulo 12, versículo16); y trayendo cada mañana vuestros sacrificios (en contra de la prohibición: “y que no pernocte hasta la mañana el sacrificio de la festividad del Pesaj” (Shemot, capítulo 34, versículo 25); cada tres años vuestros diezmos (“Pero, lo que sobrare de la carne del sacrificio, en el día tercero, en el fuego habrá de ser quemado” (Vaikrá, capítulo 7, versículo 17);
Y quemen en acciones de gracias pan fermentado (“Ninguna oblación que hayan de ofrecer ante Hashem habrá de ser leuda ya que ni levadura ni miel podrán hacer consumir como sacrificio ante Hashem” (Vaikrá, capítulo 2, versículo 11); “Si por agradecimiento él lo acercare ... habrá de ofrecer con el sacrificio de agradecimiento tortas ázimas amasadas... (pero no lo quemará)'; (Vaikrá, capítulo 7, versículos 12-13); asimismo publiquen las ofrendas voluntarias, proclámenlas (que cualquiera que quiera pueda ofrecer y comer – “ y ningún hombre ajeno podrá comer ofrenda sacra”; (Vaikrá, capítulo 22, versículo 10);
En círculos cristianos, y entre judíos “ilustrados”, se suele hablar de una contradicción fundamental entre la Torá y los Profetas, como si la Torá enfatizara los mandamientos rituales y los Profetas la moral, pero Amós y Yeshaiahu no conocían esta dicotomía."
"Aquellos que fueron indiferentes a la moral y los mandamientos de la Torá, tampoco escucharon las advertencias que precedieron a la lamentación de la destrucción, “Mas no se han convertido a Mí dice el Señor” (5 veces; 4:7-11): limpieza de dientes... y falta de pan... les he detenido la lluvia... los he herido con el tizón... la multitud de vuestras huertas y de vuestras viñas, y de vuestras higueras, y de vuestros olivares, ha devorado la langosta; peste, espada y fuego; un terremoto muy fuerte, como la destrucción de Sedom y Amorá (aparentemente el terremoto registrado en la época de Uziahu).
Después de las advertencias, que los insensibles al mal y los que se deleitaban en el placer de Shomrón no escucharon, el Creador del mundo y del hombre,” Él es quien formó las montañas, y creó el viento, y anuncia al hombre lo que es su pensamiento (=su palabra; capítulo 4, versículo 13), traerá sobre ellos destrucción y lamentación (Capítulo 5, versículos 11-3)”.
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