Los derechos del individuo y las necesidades colectivas

Los derechos del individuo y las necesidades colectivas

El episodio de la solicitud de los jefes de la tribu de Menashé con el cual finaliza el libro Bamidbar, es la continuación del relato del episodio de las hijas de Tselofjad. La separación de los episodios tiene el propósito de hacer hincapié en la necesidad de un equilibrio entre los derechos individuales y las necesidades colectivas.

El libro de Bamidbar concluye con el episodio del pedido de los jefes de la tribu de Menashé a Moshé, ya que sospecharon que las hijas de Tselofjad, que acorde a su petición lograron la posibilidad de heredar del padre de ellas, se casarán con hombres de otras tribus y de ese modo se verá reducida la herencia de la tribu. Hallamos líneas de similitud muy marcadas entre la solicitud de los líderes de la tribu en nuestro capítulo y el pedido de las hijas de Tselofjad, acerca del cual leímos en la Parashá (sección) Pinjás.

En las dos secciones, la presentación ante Moshé es muy similar: “Se acercaron las hijas de Tselofjad…se presentaron ante Moshé y ante Elazar el Sacerdote, y ante los jefes y toda la asamblea” (Capítulo 27, versículos 1-2); “Se acercaron los jefes de las prosapias…y hablaron ante Moshé y ante los dignatarios, los jefes de las prosapias de los hijos de Israel” (Capítulo 36, versículo 1). En los dos casos, los que presentan el reclamo solicitan no ser discriminados: “¿Por qué habrá de ser suprimido el nombre de nuestro padre del seno de su familia…? (Capítulo 27, versículo 4); “Pero si fueren esposas de uno de los hijos de las tribus de los hijos de Israel, será reducida la herencia de ellas de la heredad de nuestros padres…y de la suerte de nuestra heredad será reducido” (Capítulo 36, versículo 3). En ambos casos, Moshé se dirige a Dios y afirma la justicia del reclamo: “Dijo El Señor a Moshé diciendo: lo correcto las hijas de Tselofjad están hablando…” (Capítulo 27, versículos 6-7); “Ordenó Moshé a los hijos de Israel, por mandato del Señor diciendo: lo correcto, los hijos de la tribu de Iosef están hablando” (Capítulo 36, versículo 5).

Y efectivamente, las hijas de Tselofjad lograron el derecho de heredar de su padre, y paralelamente, los líderes de la prosapia lograron el derecho de que la heredad de Tselofjad quede en poder de la tribu de Menashé, y que sus hijas podrán casarse solamente con hombres de su tribu. No obstante, debemos preguntarnos: ¿Cuál es el significado de dicha semejanza? A este interrogante se le puede agregar uno adicional: si efectivamente estas dos solicitudes tuvieron eco en la palabra de Dios, ¿por qué los conceptos fueron pronunciados en dos secciones distintas?

Parece que en forma intencional, la Torá describió los conceptos en dos secciones paralelas. A pesar de la similitud descripta entre ambas secciones, he aquí que desde el aspecto conceptual, son contradictorias. La solicitud de las hijas de Tselofjad emana del deseo de proteger al individuo-el padre de ellas- a fin de que su nombre no sea eliminado, y ese derecho les fue concedido a ellas. No obstante, nuestra Parashá exhibe la otra cara de los conceptos-si en efecto, el derecho privado será completo, he aquí que ello redundará en un perjuicio al derecho colectivo-la tribu-que puede llegar a perder partes de su heredad. Sólo la existencia de las dos solicitudes por separado agudiza cada punto por sí mismo, y promueve el resultado deseado-un equilibrio entre los derechos del individuo y las necesidades colectivas.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Nekudat Ptijá" publicado por el Instituto "Tzomet".

 

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