La Torá aborda extensamente la prohibición de maltratar al huérfano y la viuda y advierte sobre un severo castigo, para el individuo y la sociedad, en un caso como éste. La responsabilidad por el bienestar y el ánimo de los indefensos no recae sólo en el individuo sino también en toda la sociedad.
La sección de “Mishpatim” incluye un amplio tratado de leyes religiosas concernientes a las relaciones humanas. Por lo general dichas leyes están redactadas en forma jurídica formal, pero ocasionalmente asoma más allá del dictamen halájico propiamente dicho, un punzante clamor moral, que nos enseña que no nos encontramos en la “Facultad de Derecho” sino en el mercado de la vida, y debemos prestar atención a la raíz moral que se ubica en la base de todas las leyes y ordenanzas.
Un destacado ejemplo de ello lo hallamos en los versículos que refieren a las leyes del huérfano y la viuda: “A ninguna viuda ni huérfano habrán de maltratar. Si maltratar lo mal tratares a él, pues si clamar clamare a Mí, escuchar habré de escuchar su clamor”(Versículos 21-22).
En este contexto el Ramba”m escribe en su libro “Mishné Torá” (Hiljot Deot, 6, 10): “la persona debe ser cuidadosa con huérfanos y viudas, ya que están muy afectados emocionalmente y su ánimo se encuentra deteriorado, a pesar de que sean adinerados…¿y cómo debemos actuar con ellos? Sólo dirigirnos hacia ellos con suavidad y tratarlos con sumo respeto y dignidad…”
Los conceptos punzantes del Ramba”m enfatizan el deber del individuo de comportarse con suma cautela con los huérfanos y las viudas. No obstante la orden no está dirigida sólo al individuo. El comentario “Torá Temimá” señala que a partir del vocablo en plural “no habrán de maltratar” aprendemos que también el tribunal debe proteger a las viudas y a los huérfanos, y es así que nuestros Sabios manifestaron: “el tribunal-es el padre de los huérfanos”.
A la luz de ello debe leerse el castigo que menciona la Torá “y serán vuestras mujeres viudas Y vuestros hijos, huérfanos” (Versículo 23) de modo que no está relacionado sólo con la persona que maltrata sino que es un castigo que amenaza a toda la sociedad. Una nación que cierra sus oídos al clamor de los indefensos, y en particular al quejido del huérfano y la viuda, no podrá seguir desarrollándose en calma, y su final será que Dios le aplicará el castigo por su pecado-ojo por ojo, y por ello el texto hace referencia al plural.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot"