1 "Y Me harán un santuario (Mikdash) y Yo posaré en él. Como todo lo que Yo te enseño a ti, el modelo del tabernáculo y el modelo de los utensilios, y así lo habrán de realizar."
(Éxodo 25, 8-9)
Pregunta: ¿ Por qué D-s ordenó la construcción de un santuario para EL y más aún, cómo es que dice: "Y posaré en él"?; ¿Acaso el Todopoderoso es un ente material que necesite de un lugar físico para habitar? Ya está escrito: "El cielo es Mi silla… "(Isaías 66). Igualmente el rey Salomón declaró al inaugurar el Templo: "He aquí que los cielos de los cielos no Te pueden contener, cuanto menos esta casa que he construido" (Reyes I 8,27). ¿Cómo entonces se puede entender este concepto?
Respuesta:
Efectivamente y por definición misma, no se le puede adjudicar a D-s Todopoderoso un lugar físico para habitar ni tampoco necesita una casa, ni santuario, ni tabernáculo por más sagrado o sublime que éste sea.
La intención Divina en la construcción del "Mishkán" y sus utensilios es que el pueblo de Israel sienta la cercanía del Todopoderoso y Su santidad sea tangible. Que les sirva de guía y cobijo en el crudo ambiente del desierto y no sentir que han sido abandonados como "rebaño sin pastor".
No debemos olvidar que este pueblo, recién liberado de la esclavitud, estaba acostumbrado a todo tipo idolatría Egipcia, donde estos dioses eran accesibles a los sentidos de la vista y el tacto. La dura tarea de asimilar la idea de un D-s sin forma e invisible, requería de un proceso paulatino en el cual "la casa de D-s" jugaría un importante papel.
Algunos comentaristas opinan que esta ordenanza de construir el "Mishkán" fue posterior al gran pecado del becerro de oro, donde el pueblo no pudo soportar la ausencia física de un D-s que los guíe. Como consecuencia y entendiendo esta necesidad, este santuario cumpliría su cometido como simbolismo de que la Divinidad los acompañaría constantemente.
Mucha gente se cuestiona hoy en día: ¿Acaso D-s necesita de mis rezos?, ¿Le puede dar o quitar algo a D-s si voy o no a la Sinagoga? Basándose en la idea expuesta anteriormente, la filosofía judía contesta de la misma manera: El Todopoderoso no necesita nada de nosotros, criaturas imperfectas de carne y hueso. Más bien, el frágil ser humano es el que "carga sus pilas espirituales" al "conectarse" a la fuente eterna e interminable de energía.
“Harás dos querubines de oro batido que pondrás en el propiciatorio, situados uno frente al otro. Ambos querubines estarán en los dos extremos. Y los querubines con sus alas extendidas hacia arriba cubrirán el propiciatorio, y sus caras mirarán una frente a la otra... Allí, sobre el propiciatorio, entre ambos querubines, Me revelaré a ti y te comunicaré lo que te mandare para los hijos de Israel.”
Éxodo (25, 18-22)
Pregunta: ¿Cómo pudo D-s mismo ordenar la hechura de estos dos Querubines en el lugar más santo del templo?, ¿No se estaría violando con esto el segundo mandamiento ("No te harás escultura ni imagen alguna...") dicho apenas hace unos días en el Monte Sinaí?
Respuesta:
Abarbanel ataca este problemático asunto desde un punto de vista simbólico. Antes que nada debemos ubicar la posición de los querubines, éstos se encontraban por encima del compartimiento donde estaba la Torá otorgada por D-s; el hecho de que tenían las alas extendidas hacia arriba hace alusión a ésto.
Con respecto a su fisonomía, el Midrash comenta que sus caras eran de niños pequeños, hombre y mujer y viéndose uno al otro. Esto representa la pureza e inocencia infantil donde no existe pecado ni falta alguna; todos, tanto hombres como mujeres deben ocuparse en la Torá, cuidarla y estudiarla; a la vez, recalca el amor y la amistad que debe existir entre los hombres para que la providencia Divina pose entre nosotros. Es por esto que D-s mismo le habla a Moisés de entre los Querubines.
A final de cuentas, estas figuras no podían considerarse como idolatría ya que D-s mismo lo prescribió y describió exactamente su hechura y el material de que debían hacerse; cosa muy diferente habría sido que un artesano común los hubiera ideado. Todo el tabernáculo fue realizado en nombre de D-s y para EL, por tanto, cualquier elemento que el Rey de Reyes incluye, es entendible que es para engrandecer y honrar su Gran Nombre. Dato interesante es que, de las frases que más se repiten en estos capítulos que hablan de la construcción del tabernáculo, es: "...e hicieron conforme a lo que D-s había ordenado a Moisés".
Un ejemplo ilustrativo podría ser que un emperador mandara hacer para su silla unas figuras decorativas en forma de leones; a nadie se le ocurriría idolatrar a éstos cuando pertenecen al mismo trono real.
Prueba de ello es que en ningún momento posterior se toman estos Querubines como instrumento o motivo de idolatría, siempre fueron considerados como un elemento más de los incluidos en el tabernáculo sagrado.