Todo el capítulo sobre las leyes concernientes a la guerra: las dos primeras cuestiones están relacionadas con los preparativos para la guerra, mientras que la última tiene que ver con el manejo durante la guerra.
Preparativos para la guerra (Versículos 1-9)
Como parte de los preparativos para el ingreso a la tierra, Moshé prepara al pueblo también para una situación (un escenario) de guerras contra los enemigos. El principio central importante que Moshé le transmite al pueblo, es que Dios también participa de la guerra con el pueblo “Porque Adonai, vuestro Dios, es el que va con ustedes para regir la batalla por vosotros, contra vuestros adversarios, para salvarlos a ustedes” (Versículo 4). Antes de la batalla, el Cohen Gadol (Sumo Sacerdote) debe fortalecer al pueblo y animarlo (alentarlo). Como parte de los preparativos para el combate, los oficiales se encargan de hacer volver a aquellos hombres que no pueden combatir: el que construyó un nuevo hogar, quien plantó una vid y no la ha usufructuado y aquel que se ha casado. Además de estos, también se debe hacer retornar a sus hogares a aquellos que temen de la guerra, para que no afecten la moral de los combatientes “para que no se desmorone el corazón de sus hermanos, como el corazón de él” (Versículo 8)
Un llamado por la paz (Versículos 10-18)
Como parte de los preparativos para el combate-se debe realizar un llamado a la paz, antes de luchar por la ciudad. Si la ciudad está dispuesta a rendirse ante Israel, ellos deberán tributo y servirán a Israel. De lo contrario-se puede luchar por la ciudad “y la entregará el Señor, tu Dios, en tu mano y matarás a todos sus varones a filo de espada” (Versículo 13). La Torá divide entre ciudades distantes (lejanas)-a las que en un principio, se les debe ofrecer la posibilidad de paz, y las ciudades de los pueblos más cercanas, contras las cuales se debe luchar: “Pero de las ciudades de los pueblos estos, que Adonai tu Dios, te concede en heredad, no dejarás subsistir alma alguna” (Versículo 16).
La prohibición de dañar árboles (Versículos 19-20)
La tercer temática del capítulo se ocupa de la prohibición de destruir los árboles frutales “cuando asediares una ciudad muchos días para combatir con ella, para tomarla, no habrás de dañar su árbol, al blandir sobre él hacha, ya que de él habrás de comer, y a él no deberás talar, ya que el hombre es el árbol del campo, para que entre por tu causa en el asedio” (Versículo 19). Sólo si se tratara de un árbol no comestible, se lo puede talar y utilizarlo a fines de la guerra.
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