La segunda misión (Versículos 1-4)
Tras el fracaso de la primera misión, D-s envía nuevamente a Ioná a Ninvé: “Levántate, vé a Ninvé, la gran ciudad, y pregona allí la proclama, lo que Yo te hablo a ti” (Versículo 2). En contraste con la ocasión anterior, en la cual Ioná se escapó, en esta oportunidad, Ioná acata la orden de D-s: “Empezó Ioná a entrar en la ciudad - una marcha de un día- proclamó y dijo: Cuarenta días más y Ninvé será trastocada” (Versículo 4)
La reacción de la gente de Ninvé (Versículos 5-9)
Quizá, en contraste con lo esperado, las palabras del profeta son escuchadas en el seno de la gente de Ninvé: “Más creyeron los hombres de Ninvé había llegado la noticia al rey de y se sentó sobre cenizas” (Versículos 5-6), y hasta el rey de Ninvé se levanta y se cubre con sacos y ceniza. Por instrucción del rey, la gente de Ninvé establece un ayuno “y que clamen a Elohím con fuerza. Y que retornen cada hombre de su camino malo y de la injusticia que está en las palmas de sus manos” (Versículo 8)
La reacción de D-s (Versículo 10)
A raíz de las acciones de la gente de Ninvé, D-s se retracta de su decisión de destruir la ciudad: “Y vio Elohím sus acciones pues habían retornado de su camino malo; Se arrepintió Elohím del mal que había dicho hacerles a ellos y no lo hizo”(Versículo 10).