Síntesis del capítulo, Yeshaiahu 13

Síntesis del capítulo, Yeshaiahu 13

 

Nuestro capítulo inicia una serie de profecías sobre los pueblos (13-23). Según el título de nuestro capítulo-“Carga de Bavel, que vio Yeshaiahu, hijo de Amotz”-la profecía está dedicada a Bavel. Los comentaristas se cuestionan acerca del interrogante si es que Yeshaiahu se dirige a Bavel (ya que en su época, Bavel no era una gran potencia) o a Ashur (Asiria), y si que esta profecía es de la época de Yeshaiahu.

El llamamiento para causarle daño a Bavel (Versículos 1-5)

El profeta insta a los pueblos y a los reinos a atacar y causarle daño a Bavel. A los combatientes contra Bavel los denomina “mis huestes consagradas”. Quien comandará esta guerra es el mismísimo Dios: “El Señor de los ejércitos pasa revista a las tropas de guerra... el Señor y las armas de Su indignación, para asolar toda la tierra (de Bavel)”.

El Día de Dios se aproxima (versículos 6-13)

Tras el llamamiento general a causarle daño a Bavel, en este párrafo el profeta describe de modo figurativo lo que habrá de suceder en “el Día de Dios”: angustia, miedo y temor. En este contexto, el Día de Dios es el castigo a Bavel, y aquí, el profeta repite un principio ya mencionado en el inicio del libro: “y acabaré con la arrogancia de los presumidos, y humillaré la altivez de los tiranos” (versículo 11). Uno de los pecados de Bavel es el pecado del orgullo, y Dios se ocupará de que Bavel sea humillada.

La caída de Bavel (versículos 14-22)

Tras las descripciones ilustrativas alusivas al Día de Dios, en este pasaje el profeta describe de un modo concreto lo que sucederá en Bavel: Bavel será atravesada por la espada y la misma no salteará a los bebés; el saqueo de plata y oro; la violación de mujeres y mucho más. Bavel se transformará en un sitio de destrucción en el mundo: “Nunca jamás será habitada. ni morarán en ella de generación en generación” (versículo 20).

 

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