Sin mediación

Sin mediación

El evento en el monte Sinaí produjo una revolución en los principios del vínculo entre el hombre y Dios-Dios habló con el hombre en forma directa, y el hombre puede dirigirse en forma directa a Dios, sin intermediarios.

Inmediatamente después del evento en el monte Sinaí se dan algunos imperativos (Versículos 19-23), y el primero de ellos es: “Dijo Adonai a Moshé: Así habrás de decir a los hijos de Israel: ustedes han visto que desde los cielos Yo he hablado con ustedes. No hagan junto a Mí dioses de plata, ni hagan para ustedes dioses de oro” (Versículos 19-20). ¿Cuál es el sentido de este versículo después del evento en el monte Sinaí?

En los diez mandamientos Dios prohibió la idolatría e incluso la idolatría en cooperación.

Sin embargo, Dios sabe cuán profunda es en el corazón humano la tendencia a hallar un común denominador entre el servicio a Dios y la dependencia de las fuerzas que se pueden sentir o ver. Por ello, Dios no se conforma solamente con la orden-que no tiene un modo de contrarrestar esta tendencia, sino que le agrega la vivencia de la revelación en Sinaí. No sólo el contenido de la revelación enfrenta la tendencia a compartir, sino también la experiencia de la revelación misma-“Ustedes vieron que desde el cielo hablé con ustedes” (Versículo 19). El pueblo de Israel tuvo una vivencia inimaginable, el Rey de los reyes se les apareció directamente y les habló, sin intermediario alguno, ni siquiera a través de Moshé Rabeinu. Por eso, Dios se dirige al pueblo de Israel y le dice, recuerda, “No hagan conmigo” otro dios, otra fuerza, otra persona ni cualquier otro elemento que se les ocurra. No hagas nada que pueda ser utilizado junto a Dios como portador de las esperanzas, los servicios y las plegarias.

Para comprender la profundidad del imperativo en la sección, se debe comprender cuán revolucionaria fue la revelación en Sinaí. El mundo, tanto el antiguo como el moderno, está plagado de religiones y sectas que supuestamente transmiten la palabra de Dios. Toda secta necesita elegir a sus profetas, magos, sacerdotes, u otros medios “divinos” para transmitir la palabra de Dios. El fenómeno de que Dios habla en forma directa con el pueblo todo, es inédito. El judaísmo es la única religión en la cual la palabra de Dios es transmitida en forma pública, a todos. Sólo en el judaísmo la persona puede escuchar la palabra de Dios sin intermediario alguno.

Tras el gran evento, Dios le enfatiza a los hijos de Israel el elemento básico: no los diez mandamientos, sino la misma vivencia de estar parados al pie de la montaña y escuchar la voz de Dios. El énfasis es que Dios, desde el cielo, desde la distancia infinita, le habló en forma directa al pueblo de Israel que está en la tierra. La Torá que fue entregada en Sinaí vincula lo eterno con lo temporal, y no hay ninguna necesidad de intermediarios adicionales.

Todo aquello que te hagas junto a mí, para unirlo a Dios en una cooperación entre dioses, más o menos elevados, de oro o de plata-de hecho está destinado sólo para ti, y es definido como idolatría.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"

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