Sobre el sentido de los Korbanot, de los sacrificios ya nos hemos detenido varias veces, más debemos insistir sobre el principal carácter de la Mitzva judía, su carácter espiritual.
En la Parasha Vaikra hemos visto que Vaikra-Vaiker nos recuerdan el paralelo Moshé-Bilam y en este sentido nos habla también un significativo Midrash sobre esta Parasha:
"Bilam era el defensor de los Umot Haolam (las naciones del mundo):... Desea el Todopoderoso ríos de aceite...., nosotros le daremos millares de sacrificios. Abraham quiso sacrificar ante él a su hijo, yo sacrificaré mi hijo y mi hija... Y siete altares ante él he elevado…”
Le dijo el Todopoderoso: "Malvado! Si yo hubiese deseado sacrificios, a los ángeles hubiese ordenado, no deseo sacrificios sino de Israel!. Como está escrito: "Ordena a Aarón y sus hijos" (Tzav).
En este Midrash vamos resaltando la esencia de aquello que divide la visión judía de la visión pagana.
Bilam eleva sus altares y sus ríos de aceite y de sangre y se prosterna ante el Señor, sí Abraham ofrece al Señor un hijo, Bilam le ofrece dos, pero cuán grande es la distancia entre Bilam y Abraham. Abraham se prosterna ante el Señor solicitando por Sdom y Amora, las pecadoras ciudades. Por el contrario Bilam ofrece sus sacrificios para despertar el 'furor" de Dios contra el pueblo de Israel. Para Bilam los sacrificios no son sino ceremonias externas, simples ritos y por ello eleva sus altares y sacrificios. Esta es según el Midrash, la respuesta del Todopoderoso, el sacrificio sólo tiene sentido cuando viene de Israel pues solo así está compenetrado con el espíritu judío.
Y con el espíritu judío está también compenetrada la Tefilá, la otra faz de la Avodá del Sacro Servicio.
"Cuerpos" son las palabras de la oración, "cuerpos" en los cuales hay que insuflar almas y espíritus, y estos son los sentimientos, las Kavanot, las intenciones que la Tefilá eleva.
Y la comprensión de la Tefilá llega a su cúspide en el Judaísmo.
Rabí lsrael Baal Shem Tov, el creador del Jasidismo, repetidas veces se detiene sobre este principio, el de la "Kavaná", la intención. Como humo de los sacrificios, solo se elevan a las alturas las íntimas intenciones y deseos que el corazón expresa por intermedio de las Tefilot, y es por ello que las oraciones que salen de lo más íntimo del corazón son aquéllas que llegan a las alturas.
En una oportunidad, expresó el Baal Shem Tov que no podía entrar en un Beth Hakneseth pues "se hallaba lleno de Torá, y Tefila", Le Torá y Tefilá, agregó el Baal Shem Tov, si son verdaderas, si salen del alma, se elevan, aquéllas en cambio que solo salen de los labios, quedan abajo en este mundo material y son aquellas que llenan esta sinagoga, “repleta de Torá y Tefila".
Los Jasidim del otro lado nos pueden relatar que la oración, a pesar de que a veces puede ser tosca y ruda, si encierra en sí sentimientos elevados, realiza su cometido y la Oración puede construir un Universo!
Aquel viejo Jasid que entregó al Señor las letras del abecedario, como nos relata la anécdota, para que él mismo compusiese las plegarias y oraciones, en esos instantes estaba entregando y ofrendando su corazón y así lo entiende la Torá toda.
Es, pues, esta idea la básica del pensamiento judío. La Tefilá es la unión con el Todopoderoso "Quiso el rey satisfacer los deseos de sus súbditos" agrega el Baal Shem Tov. Estos le pidieron oro y plata, aquellos piedras preciosas, y los de más allá poder. El sabio sólo pide una cosa, estar cerca del rey, pues sabe que así nada le faltará".
La Tefilá es, pues, la cercanía al rey de los Reyes, y de aquí que la cercanía no debe ser de los labios sino de los sentimientos. La senda a la Divinidad no parte de los labios, ni de la mente, sino del corazón. Y en este sentido nos mostrará otro Rabí las palabras de la oración:
בפי ישרים תתרומם
ובשפתי צדיקים תתברך
שלשון חסידים תתקדש
ובקרב קדושים תתהלל
"En la boca de los sectos te elevarás,
en los labios de los justos te bendecirán,
la lengua de los píos te sacrificará
y en las entrañas de los santos te alabarán”
Son quizá las de la Tefilá sencillas palabras, pero que encierran toda esta ideología, el recto eleva a Dios con su boca, en los justos en sus labios solamente. Los píos solo en su lengua lo santificarán, pero en los santos ni los labios ni la lengua, las entrañas mismas alabarán al Señor.
El verdadero Kadosh es aquél que descubre a Dios en el Universo mismo. En cada hierba o piedra, en cada árbol y gusano muestran la divinidad aquél que en sí mismo sienten el poder de la Divinidad. El Jasid es por ello aquel que su sangre y su carne toda se elevan por medio de los Tefilot y elevan consigo la naturaleza toda.
En la Tefilá se une el hombre con la naturaleza y la humanidad toda. Nuevamente nos hallamos aquí con la antítesis Moshé Bilaam. Bilaam escruta los cielos y los astros esperando el momento propicio para pedir la muerte del pueblo de Israel, Abraham pidiendo por la salvación de Sdom y Amora. La Oración pagana es esencialmente individualista, la Tefilá en Israel es por el contrario colectiva y social. La Tefila sólo adquiere su verdadero significado en el Minian, la "comunidad".
La Tefila individual carece de su verdadero sentido, la Tefilá por último se basa en el rígido texto de la Mesora. Rabí Yehuda Halevi se detiene sobre estas peculiaridades en su HACUZARI mostrándonos su verdadero sentido. Ya nos hemos detenido en otra oportunidad sobre la orientación de la Tefilá (al Mizraj: oriente) el texto común es otro de los medios de unión y consolidación, pero lo más importante eleva al hombre como miembro de la comunidad. Las Tefilot que piden el bien para uno, pueden pedir el mal para otro, por ello la Tefilá es sencillamente común pide el bien para el hombre como parte de la comunidad. Este es el sentido de la Tefilá de Abraham, que comienza simbólicamente con las palabras de Bilaam
מה טובו אהליך יעקב
משכנותיך ישראל
"Cuán buenas son tus tiendas laakov y tus moradas Israel". La Tefila comienza con el símbolo de la unión interna, del sentimiento de comunidad, la Tefilá nace en el Minian.
El Sefer Hajasidim nos cita la Tefila de un humilde y sencillo pastor:
"Dueño del mundo, sabes muy bien que si tuvieras un rebaño y me lo dieras a mí para que te lo cuidara, aunque a todos les pido un jornal, a Ti te lo cuidaría gratis porque te amo".
En la Tefilá se unen los dos principios el interior, el de la Kavana, y el exterior de la Tefilá en sí.
La Tefilá es cual la música que tiene la propiedad de transportar al hombre a Universos lejanos y elevados, pero la Tefilá debe unirle a su pueblo y al mundo.
Kavaná es producto de la Elevación del alma, la Tefilá debe por el contrario elevar al alma, es por ello que Tefilá y Kavana, cual cuerpo y alma se hallan íntimamente unidos.