Un consuelo y otro consuelo

Un consuelo y otro consuelo

En nuestro capítulo aparece un diálogo entre Tzión y Dios, donde Él promete a Tzión que a pesar de la triste realidad que ve ante sus ojos, la redención llegará al final. 

El capítulo comienza con una descripción de la redención divina, donde todos los reyes de la tierra lo honrarán por ella, y continúa con su descripción concreta - los hijos cautivos de Tzión saldrán a la libertad y volverán a Tzión por un camino simple y fácil sin hambre, sed ni un calor abrasador (versículos 8-10). Dios los guiará por un camino con arroyos y convertirá las montañas en una senda para ellos (versículos 11-12). Toda la naturaleza se regocijará en la redención (versículo 13).

Pero todo esto sucederá “en un tiempo favorable” y “en un día de salvación”. En el presente, el capítulo describe cómo Tzión se siente abandonada por Dios. Lo expresa en pocas palabras: “¡Me ha abandonado el Señor, y mi Señor se ha olvidado de mí!” (versículo 14). A esto Dios le responde y la consuela con la parábola de una madre que no olvida a su hijo, y aclara que Él no la olvidará (vrsículos 15-16), y luego continúa con una descripción detallada de la redención - que Ierushalaim será reconstruida y todos sus hijos volverán (versículos 18-20) - pero esta vez con un juramento de Dios: “Alza tus ojos, mira alrededor: ¡todos ellos se congregan y vienen a ti! ¡Vivo Yo!, dice el Señor, que de todos ellos te arroparás como de adorno, y te los ceñirás como (se ciñe) una novia” (versículo 18).

Sin embargo, a pesar de la promesa, Tzión todavía está sumida en lo que sus ojos ven ahora. Ella pregunta: “He aquí, yo fui dejada solitaria; éstos, ¿dónde han estado?” (versículo 21). Ante sus dudas, Dios vuelve a describir la redención - y es aún mayor. Los hijos de Tzión no volverán solos a pie, sino que las naciones los traerán sobre sus hombros (versículo 22). Dios responde y promete - Yo soy quien redimirá a tu pueblo. Yo rescataré a tus hijos del cautiverio, los salvaré, alimentaré a tus opresores con su propia carne, y todos sabrán que el Señor es el salvador y redentor de Tzión (versículos 23-26).

Se puede ver en el capítulo que cuanto más duda Tzión - Dios le promete una redención cada vez más simple, fácil y total, y usa expresiones que fortalecerán la fe de Tzión en Él mediante juramentos y enfatizando Su intervención milagrosa en la redención. En el diálogo que se desarrolla con Tzión a lo largo del capítulo, Él fortalece a Tzión y le promete que en contraste con el sombrío presente - sus hijos aún volverán a su territorio.

Los referentes que escriben en esta sección son miembros de la organización NAJAT-Jóvenes Amantes del Tanaj, un Centro de Estudio del Tanaj para la Juventud.

 

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