En la lamentación que figura en nuestro capítulo, el profeta utiliza palabras muy duras y dice “¡Se ha caído, no volverá más a levantarse la virgen de Israel!” (Versículo 2). ¿Cómo se pueden comprender las palabras de esta profecía? ¿Acaso se ha perdido toda esperanza?
Los conceptos de los Sabios en el Tratado de Brajot 4b, indican cuán dura es para ellos la lamentación que aparece en nuestro capítulo:
“Dijo Rabí Iojanan: ¿Por qué no figura la letra NUN en el capítulo de Tehilim, Salmos, ¿Ashrei? Porque hay en ella una alusión a la caída de los enemigos de Israel, como está escrito: “¡Se ha caído, no volverá más a levantarse la virgen de Israel!”(Amós, capítulo 5, versículo 2). Y en el Occidente se explicaba de la siguiente manera: cayó, y no volverá a caer más, levántate virgen de Israel. Dijo Rabí Najman Bar Itzjak: aún así David volvió y lo asoció con el Ruaj HaKodesh, el Espíritu Divino, como está mencionado: “Dios sostiene a todos los que caen” (Tehilim, capítulo 145, versículo 14).
Los Sabios de la Tierra de Israel leen el versículo sin seguir los signos de la lectura de la Torá (Teamim), a fin de interpretarlo de modo favorable.
En la Mishná, Sanhedrín, capítulo 10, Mishná 3, aparece una discusión entre los Sabios de la Mishná (Tanaim) sobre el interrogante si es que en el futuro las diez tribus habrán de regresar:
Las diez tribus no habrán de volver en el futuro, como está mencionado: “y los arrojó a otra tierra, como el día este” (Devarim, capítulo 29, versículo 27). Así como este día va y no regresa, así ellas van y no regresan-estos son los conceptos de Rabí Akiva. Rabí Eliezer señala: Así como el día se oscurece y se ilumina, del mismo modo las tribus, a pesar de que se las ha oscurecido, en el futuro serán iluminadas”. En referencia al versículo “¡Se ha caído, no volverá más a levantarse la virgen de Israel”, explica Rashi: “Desde que fueron exiliados en la época de Hoshea, hijo de Elá, no habrá más ningún rey de las diez tribus”. Es decir, no habrá más un reino separado de Israel aparte del reino de Iehudá. Rabí Abraham Ibn Ezra reduce la caída. A su criterio, no se refiere en absoluto al reino de Israel sino a la dinastía de Yehú, al morir Yarovam hijo de Yoash. También Radak (Rabí David Kimhi) explica: “¡Se ha caído, no volverá más a levantarse la virgen de Israel”-no volverá a levantarse por un tiempo prolongado, y eso lo dijo en relación a las diez tribus exiliadas en el período de Hoshea, hijo de Elá, por el rey de Ashur, que aún no han retornado a su tierra, ya que no regresaron con el retorno del exilio babilónico, pero están destinadas a regresar en el futuro, ya que muchos profetas profetizaron acerca de su retorno…
La respuesta a la lamentación de nuestro capítulo, la da Amós en el capítulo 9:
“En aquel día levantaré el tabernáculo de David, ya caído…y lo volveré a edificar como en los días de la antigüedad…Y haré tornar el cautiverio de Mi pueblo Israel; y ellos edificarán las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; harán huertas también, y comerán su fruto. Y Yo los plantaré en su propio suelo; y nunca jamás volverán a ser arrancados de su tierra, que Yo les he dado, dice el Señor, Dios tuyo” (Capítulo 9, versículos 11-15).
En la Pesikta de Rab Kahana, el Midrash cita, aparentemente, la respuesta de la congregación de Israel a la profecía de consolación:
Se dirigió Amós a la consolación. Le dijo: Dios me ha enviado a ti para consolarte. Le dijo ella: ¿Qué es lo que traes? Le respondió: “En aquel día levantaré el tabernáculo de David, ya caído” (Amós, capítulo 9, versículo 11). Le dijo ella: Ayer me dijiste: “¡Se ha caído, no volverá más a levantarse la virgen de Israel!”(Amós, capítulo 5, versículo 2), y ahora me dices que sí? ¿Cuál creerte, la primera o la segunda?”
Nosotros que tuvimos el privilegio de que se cumpla en nuestro tiempo: “Y haré tornar el cautiverio de Mi pueblo Israel; y ellos edificarán las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; harán huertas también, y comerán su fruto” (Capítulo 9, versículo 14).
Creeremos que también se habrá de cumplir su última parte: “Y Yo los plantaré en su propio suelo; y nunca jamás volverán a ser arrancados de su tierra, que Yo les he dado, dice el Señor, Dios tuyo” (Capítulo 9, versículo 15).
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