Tal como lo explica el Rambán, en un momento de guerra, los límites éticos pueden quedar desdibujados y por consiguiente la Torá ordenó especialmente cuidarse de todo lo malo. Se pueden plantear varias explicaciones, sobre por qué precisamente en momentos de guerra la moral personal se ve socavada y parece que los hechos surgen a partir de la salida de la rutina y del entorno protector.
“Cuando salieres en campamento contra tus adversarios, te habrás de cuidar de cualquier cosa mala” (Versículo 10). Este versículo demanda una explicación, ya que la principal apelación enfatizada en él, la de cuidarse de toda cosa mala, no es apropiada solamente para aquellos que salen a la guerra en el momento del combate, sino que tiene vigencia para toda persona, en todo momento y en todo lugar.
Entonces ¿por qué la Torá particulariza sus conceptos justamente a aquellos enrolados en el ejército?
El Rambán hace hincapié en la realidad anímica que caracteriza al campamento militar:”Porque el texto habrá de advertir en relación al momento en que el pecado se halla al alcance, y como es sabido, entre las costumbres de los campamentos militares que salen a la guerra, habrán de comer lo abominable, hurtarán y saquearán, y ni siquiera se habrán de avergonzar por el adulterio u otra canallada. Incluso el más correcto de los humanos, en su naturaleza, se investirá de crueldad y furia al salir en contra del enemigo, y por ello, el texto lo advirtió: “Te habrás de cuidar de cualquier cosa mala”.
No cabe duda que los conceptos del Rambán reflejan una realidad característica del folklore militar a lo largo de la historia, pero aún es posible rastrear las causas de este fenómeno. Están quienes contemplaron el debilitamiento de la moral en tiempos de guerra, como consecuencia de la tensión psicológica, y las cualidades mentales que se requieren de los combatientes para estar dispuestos a matar o a ser abatido. Si está permitido matar y revolcarse en sangre, pues qué sentido tiene ya una gota de semen y el hedor de las heces. Y en contraste, están aquellos que hicieron hincapié en el desenfoque de la conciencia personal en el ámbito militar, en el cual todos visten el mismo uniforme y el individuo se convierte en una pequeña tuerca de una gran máquina, y de todos modos se erosiona la responsabilidad moral de sus acciones personales.
Pero por sobre todo, parece que el principal móvil del desarreglo en el campamento militar proviene de la misma salida de un marco de vida de respaldo del hogar y la familia y de un orden del día conocido y fijo, hacia una realidad inestable en la cual se cruzan todos los marcos conocidos y se deforman los hábitos y el orden del día. En esa brusca transición del hogar estable al campamento nómade, puede ocurrir que los hábitos de la ética y la limpieza, que están basados en las normas de la rutina, se dejen llevar y se pierdan.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot".