Una de las alabanzas de la tierra de Israel que figura en nuestro capítulo, es el hierro que hay en ella. No obstante, una mirada al versículo nos revelará que no se refiere al hierro que se oculta en ella, sino que sus piedras son fuertes y se las compara con el hierro. Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, profundizaron más y aprendieron que la intención es que sus habitantes son comparados con piedras fuertes y no tienden a quebrarse rápidamente.
La Torá describe la característica de la tierra en los versículos 7-10. Comienza con el elogio de la tierra: “Pues Adonai tu Dios te va a traer a una tierra buena…” (Versículo 7) y cierra con la bendición de la tierra buena: “Comerás y te saciarás y bendecirás a Adonai tu Dios, por la tierra buena que te ha dado” (Versículo 10). Lo bueno de la tierra se pone de manifiesto principalmente por la bendita producción que incluye a las siete especies: “Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares de aceite y de miel” (Versículo 8).
Pero hete aquí que, en el medio, entre el hecho de destacar el fruto de la tierra y la bendición que se pronuncia sobre él, se combina otro aspecto en la alabanza de la tierra…”tierra que sus piedras son hierro, y de sus montañas extraerás cobre” (Versículo 9). A simple vista, parece que estas expresiones tenían el propósito de elogiar a la tierra de Israel desde el aspecto material, y conforme a los conceptos del Rambán: “les anunció que en la tierra de Israel hay una cantera de cobre y de hierro, que son de suma necesidad para los habitantes de la tierra-y que en ella nada habrá de faltar”.
Sin embargo, si somos más precisos con el texto bíblico, parece que existe una distinción entre el hierro y el cobre. En relación al cobre está citado: “y de sus montañas extraerás cobre” mientras que respecto al hierro no está escrito “Una tierra de la cual de sus piedras extraerás hierro” sino “tierra que sus piedras son hierro”. Contra nuestra voluntad, debemos explicar que la Torá pretende decir: una tierra cuyas piedras-son ellas mismas hierro. Y efectivamente, esa es la vía que adopta el Rambán en su segundo comentario:”…el texto elogia a la tierra de Israel donde serán halladas canteras…para construir en ellas viviendas, murallas y torres, no como la tierra de Egipto y numerosos países donde moran en viviendas de material, que terminan convirtiéndose en tumbas para sus habitantes”. En este comentario, el hierro figura como una metáfora de fortaleza.
Pero si es así, se puede agregar que también las mismas piedras son una metáfora y como lo señala la Guemará en el Tratado de Taanit (4a): “Tierra que sus piedras son hierro-no debe leerse sus piedras (“Avaneha”, en hebreo) sino sus constructores (“Boneha”, en hebreo). “ La tierra de Israel tiene la capacidad de criar hombres rectos y cordiales que adhieren a la verdad, que no se sienten tentados ni quebrados por cualquier viento de cambio y ellos son los pilares valiosos de los que será construida esta tierra.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj de la serie "Meat min Haor", publicada por la Biblioteca Beit El con la colaboración de la organización "Orot".