Y lo besó

Y lo besó

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¿Por qué abrazó Eisav a Iaacov? (v. 4)
RASHI: La compasión [de Eisav] se despertó cuando lo vio [a Iaacov]
prosternarse todas esas veces (véase el v. 3).
 ¿Fue sincero el beso de Eisav? (v. 4)
RASHI: Hay puntos sobre la palabra וַׄיִּׄשָּׁׄקֵ֑ׄהׄוּׄ (“y lo besó”) y en una
baraita [enseñanza] del Sifrí hay una diferencia de opinión en esta
cuestión. Algunos interpretan que los puntos significan que no lo
besó de todo corazón. Dijo Rabí Shimón bar Iojái: el hecho de que
Eisav odia a Iaacov es archisabido [e incontrovertible] como un dictamen
en la ley judía. No obstante, en ese momento se encendió la
compasión de Eisav, y lo besó de todo corazón.
SÉFER HAZIKARÓN: Los puntos sobre una palabra indican que esta
tiene un significado más débil del que uno habría supuesto de otro
modo. Según la primera interpretación de Rashi (“no lo besó de todo
corazón”), esto se entiende: aunque el versículo dice que “lo besó”,
este es un beso insincero, “débil”.
Sin embargo, a Rabí Shimón le inquietaba esta interpretación, pues
aun sin los puntos nos habríamos dado cuenta de que Eisav no besó a
Iaacov de todo corazón, pues “el hecho de que Eisav odia a Iaacov es
archisabido [e incontrovertible] como un dictamen en la ley judía”.
Por lo tanto, según Rabí Shimón, en este caso los puntos nos
enseñan que el beso no fue insincero, como uno supondría, sino por
el contrario, “Eisav lo besó de todo corazón”.
 ¿Por qué lloró Eisav? (v. 4)
IBN EZRA: En el plano literal, parece que Eisav no tenía intención de
dañar a su hermano Iaacov. La prueba de ello es que lloró, tal como
Iosef lloró cuando se dio a conocer a sus hermanos (abajo, 45:15).

Torat Menajem

¿FUE SINCERO EISAV? (V. 4)
Los comentarios de Rashi sobre el v. 4 generan una serie de preguntas:
a) ¿Por qué estaba seguro Rashi de que el abrazo de Eisav fue sincero,
mientras que respecto de su beso cita una diferencia de opinión?
b) Cuando hay puntos sobre una palabra, estos indican que su significado
se ha debilitado. Así, la primera opinión citada por Rashi parece
aceptable, pues los puntos indican un debilitamiento: a pesar de que Eisav
besó a Iaacov, “no lo besó de todo corazón”.
Sin embargo, según la segunda opinión que cita Rashi (la de Rabí Shimón),
que Eisav sí besó a Iaacov sinceramente, resulta que la palabra
וַׄיִּׄשָּׁׄקֵ֑ׄהׄוּׄ (“y lo besó”) no es debilitada en absoluto por los puntos. Entonces,
los puntos parecen redundantes.
¿Cómo es esto aceptable, en el plano literal?
(Séfer HaZikarón explica que en esta instancia los puntos no vienen
a debilitar la palabra, sino que tienen un significado diferente. Sin embargo,
en el plano literal, los puntos siempre debilitan el significado de la
palabra, por lo que resulta difícil aceptar que este caso sea una excepción
sin precedentes).
LA EXPLICACIÓN
A Rashi le inquietaba una pregunta obvia en la narrativa presente:
¿Cómo puede ser que Eisav –que aseveró que mataría a Iaacov (arriba,
27:41), que aún lo odiaba con pasión (Rashi sobre 32:7), y que ahora se
aproximaba con 400 hombres– de repente se transformara de un extremo
emocional a otro, al grado de abrazar a Iaacov y besarlo?
Para explicar el abrazo de Eisav, Rashi escribe: “La compasión [de Eisav]
se despertó cuando lo vio [a Iaacov] prosternarse todas esas veces”.
Es decir, el honor excepcional que Iaacov mostró a Eisav al inclinarse
ante él progresivamente siete veces (v. 3), provocó un cambio emocional
repentino en Eisav, y éste abrazó a su hermano.
En el caso del beso de Eisav, sin embargo, esta no es una explicación satisfactoria,
pues un beso es una expresión de emoción mucho más profunda
y sincera que un mero abrazo. Por eso, a Rashi le inquietaba: que Iaacov
se prostrara al suelo puede haber sido suficiente para provocar un abrazo
por parte de Eisav, ¡pero ciertamente no un efusivo y fraternal beso!
Rashi responde: “Hay puntos sobre la palabra וַׄיִּׄשָּׁׄקֵ֑ׄהׄוּׄ  (‘y lo besó’)”. Es
decir, los puntos debilitan la palabra, lo que indica que el beso de Eisav
fue deficiente en algún aspecto.
Una posible explicación de por qué el beso de Eisav fue deficiente es que
no fue sincero, “no lo besó de todo corazón”. No obstante, Rashi no podía
satisfacerse con esta interpretación sola, pues parece desentonar con el resto
de la conducta de Eisav aquí. No solo leemos que Eisav lloró, lo que debe
haber sido sincero (véase Ibn Ezra) sino que declinó aceptar el obsequio de Iaacov,
diciendo: “Hermano mío, puedes quedarte con lo que es tuyo” (v. 9). Y
finalmente, Eisav ofrece “Por favor, permíteme dejar contigo algunos de los
hombres que están conmigo” (v. 15). No parece haber indicación alguna que
Eisav no fuera sincero con estas acciones, lo que genera la pregunta: ¿por
qué habría de ser insincero su beso? Y si fue sincero, ¿por qué hay puntos
encima de la palabra indicando un debilitamiento?
Debido a este problema, Rashi precisó traer una segunda interpretación:
“Dijo Rabí Shimón bar Iojái: el hecho de que Eisav odia a Iaacov
es archisabido [e incontrovertible] como un dictamen en la ley judía. No
obstante, en ese momento se encendió la compasión de Eisav, y lo besó
de todo corazón”.
Aquí vemos que los puntos indican una clase diferente de debilitamiento
en el beso de Eisav. Rabí Shimón explicó que el beso de Eisav fue, de hecho,
sincero, pero solo en ese momento de su encuentro con Iaacov. Esta sinceridad
fue temporal y absolutamente nada característica de Eisav, pues:
“el hecho de que Eisav odia a Iaacov es archisabido [e incontrovertible]
como un dictamen en la ley judía”.
Por lo tanto, la Torá colocó puntos sobre la palabra para indicar que el
beso de Eisav fue deficiente al representar solo una sinceridad temporal.
Y esta explicación encaja bien con la narrativa siguiente, cómo actuó
Eisav generosamente con Iaacov.
Sin embargo, también esta interpretación resulta algo problemática,
pues agrava aún más el repentino cambio de Eisav de amor a odio, difícil
de comprender. Por eso citó Rashi también la primera interpretación, que
el beso de Eisav no fue sincero, que encaja mejor con su estado previo de
ira contra su hermano.
RABÍ SHIMÓN BAR IOJÁI
En última instancia, sin embargo, el lector más astuto podría insistir y
argumentar que la segunda interpretación de Rashi parece una contradicción
de términos. La misma opinión que enfatiza que “el hecho de que
Eisav odia a Iaacov es archisabido [e incontrovertible] como un dictamen
en la ley judía”, también acentúa lo contrario, que “Eisav... lo besó de
todo corazón” (!).
Rashi insinuó la solución a este problema al citar al autor de la enseñanza,
Rabí Shimón bar Iojái. Rashi usualmente no menciona a los numerosos
autores de las enseñanzas talmúdicas que cita, de lo que se
desprende que cuando sí lo hace, es con un objetivo obvio. Es decir, que
un problema sutil con la interpretación de Rashi puede resolverse al tener
en cuenta quién fue su autor.
Rabí Shimón bar Iojái fue víctima del régimen romano, que lo obligó a
exiliarse en una cueva durante trece años. Sin embargo más tarde, cuando
se precisaba un embajador que rogara al gobierno romano que anulara
un decreto que había sido aprobado en contra del pueblo judío, el mismísimo
Rabí Shimón que había huido de los romanos fue elegido para apelar
ante ellos, en función de que él era un hacedor de milagros (Meilá 17a).
Con esto en mente, podemos apreciar por qué fue Rabí Shimón el que
vio factible que Iaacov, que había huido de Eisav, fuera luego capaz de
solicitar con éxito la piedad de su hermano, pues Rabí Shimón había logrado
la misma hazaña en su propia vida.
Y tal como Rabí Shimón fue elegido para la tarea porque era un “hacedor
de milagros” (ibíd.) encontramos similarmente que Iaacov también
realizó actos maravillosos, como escribe Rashi: “Colocó su vara en el
Jordán, y el Jordán se dividió” (Rashi sobre 32:11, arriba).
(Basado en Likutéi Sijot, vol. 20, pág. 144 y ss.)

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