De la desconexión a la conexión

De la desconexión a la conexión

 

Shaúl se desconectó de D-s, de Shmuel, su padre espiritual y de todo calculo lógico ético y a partir de ello, toda la abundancia espiritual se desconectó de él. En sus últimos días, se dirige a la médium para volver a conectarse con Shmuel. Con su salida a la guerra, a pesar de la noticia, recupera su buen nombre. 

 

 

El final de Shaúl es inminente. Él lo percibe muy bien. Intenta con todas sus fuerzas tratar de decodificar lo que está a punto de suceder. Entiende perfectamente que D-s se ha alejado de él. Si en el pasado, el espíritu Divino le insuflaba espiritualidad y fuerza física y espiritual, he aquí que sus pasos, en la parte final de su reinado, eran los de un hombre que perdió totalmente su brújula. Y se mueve sin un rumbo claro, volátil como una hoja al viento, y de hecho se convirtió en un rey obsesivo para una cuestión: apresar a David y ejecutarlo. 

 

 

No habrá de sorprender que los pelishtim, los filisteos se reunieron una y otra vez, en contraste con la época del profeta  Shmuel, a fin de conquistar otros territorios de manos de Shaúl y llegar a una situación en la cual se convertirán en los gobernantes de esta tierra. Eran muy conscientes de la debilidad del rey de las tribus de Israel, y en particular, que todos sus esfuerzos estaban puestos en la persecución de David. Se puede inferir que comprendieron muy bien, que el retiro de David de la posición de los comandantes del ejército de Shaúl, debilito su capacidad de combate. He aquí que David estaba en lo de Ajish, el rey filisteo de Gat, y a raíz de ello, Ajish sabía muy bien, según lo que le compartió  David, lo que sucede entre David y Shaúl, por todas las derivaciones políticas y militares que surgieron a partir de ello. 

 

Y efectivamente, los pelishtim se reúnen en la parte norte de la tierra, en el valle de Izreel, lejos de su lugar de residencia en el sur. Intentaran llegar a una definición estratégica, y dominar también el norte de la tierra, siendo su objetivo final, controlar todo el país. El espíritu de Shaúl se halla en su nivel más bajo, su famoso coraje lo ha abandonado. El profeta Shmuel, ya ha fallecido. Y por consiguiente, ahora, en tiempos difíciles, Shaúl intenta regresar a los antiguos métodos, que hace tiempo abandonó. Shaúl vuelve a consultarle a D-s utilizando todos los métodos: en los sueños, con el Urim veTumim, el Pectoral, con los profetas, pero nada ayuda. No hay respuesta. Una respuesta negativa también es considerada respuesta. Pero aquí, la desconexión es total. Desconectó a otros de sus vidas, de sus familias, se desconectó a sí mismo, en su locura, de su D-s, de Shmuel, su padre espiritual, de todo criterio lógico y moral. Por ende, en sus últimos días, toda la abundancia espiritual se desconectó de él, esta era la auténtica fuente de sus miedos.    

 

Shaúl no acepta este decreto. En contraste con todas sus posturas previas y de las órdenes Divinas, tal como lo hizo numerosas veces antes, se dirige a la médium, odiada por él, a fin de crear un contacto con Shmuel, su maestro de siempre. El movimiento prospera, y finalmente hay quien hable con Shaúl. Pero Shmuel no tiene buenas noticias. Según Jazal, nuestros Sabios de Bendita Memoria, Shmuel le dijo, si escapas de la contienda, te salvarás, y si combates, tú y tus hijos estarán mañana conmigo, es decir, serán eliminados en la contienda. 

Justamente aquí se revela nuevamente el Shaúl de antes, el bueno, el primer rey de Israel. Como aquel que se desempeña como el comandante supremo de los ejércitos de Israel, no evade su responsabilidad. Durante toda la noche, él y sus hombres marcharon hacia el campo de batalla, teniendo en claro que se encaminan hacia su muerte. No cabe duda de que en esta última acción, Shaúl recuperó su buen nombre. Por consiguiente, sus continuadores, recordaron principalmente, sus buenas acciones. Esto se manifiesta claramente, en el lamento de David por Shaúl, tema que abordaremos en la continuidad. 

 
 

Gentileza sitio 929 

 

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