Entre la derrota y la victoria

Entre la derrota y la victoria

Shaúl, quien sale a la guerra como rey, a la cabeza del pueblo de Israel, conduce al pueblo a una derrota inevitable. Mientras que David, por su parte, con su acto “traidor” con  los Pelishtim, los filisteos, fortalece a Israel y los lleva a la victoria. 

 

 

El versículo confronta, aunque no cara a cara, a David y a Shaúl, en la noche previa a la guerra en Guilboa. Ambos se vieron forzados a unirse a sus enemigos y llevar a cabo una acción contraria a sus formas y conocimientos. 

Shaúl fue a pedir ayuda a la médium y salió de ahí  en esa noche (versículo 28). David se vio forzado a introducirse en el campamento de los pelishtim, pero los príncipes  filisteos obligaron a Ajish a enviarlo a él, al amanecer (versículo 29). 

 

 

 

En su estado de angustia y pesar, antes de la guerra decisiva, Shaúl fue a consultar a Shmuel. Shaúl no buscaba una instrucción estratégica sino la proximidad a D-s y lo quería a Shmuel. Pero Shaúl no sabía cómo hacerlo. No sabía cómo hacer Teshuva, retornar y reparar. Su problema es vital y  concierne a las raíces de su vida y sus formas. Incluso en su final, en su desesperado intento de pedir a D-s, agregó pecado sobre pecado, y ello le fue recordado por siempre. 

Por su parte, David se vio forzado a escapar de la tierra de Israel, unirse a los pelishtim, y ahora debe acompañarlos a la guerra contra Israel. Esta es la  imagen externa de la acción, pero todos conocen la verdad interna. David sabe dónde está parado, y hasta los príncipes  filisteos lo saben, pero desde el cielo se decretó que no sea David el que salve a Shaúl. 

 

En momentos en que todos los ojos están puestos en Guilboa, todas las fuerzas están concentradas en Shaúl , y todos los corazones palpitaban en víspera de los resultados de esta guerra decisiva, el texto introduce aquí el relato de la guerra de David contra Amalek (versículo 30) e interrumpe la continuidad de los hechos.  Resulta que existen otros frentes y hay temas diferentes que no están relacionados y que dependen de esta guerra. La “deserción” de David de la contienda en Guilboa, se convirtió en la transición de un frente a otro. 

  

Mientras que Shaúl se juega la vida en Guilboa (versiculo 31) y es castigado por un Amaleki  por su pecado, al desperdiciar la guerra contra Amalek, David se ve forzado a combatir por las consecuencias de lo hecho por Shaúl. David lleva a cabo una guerra de exterminio contra Amalek, completó el precepto y cerró el gran círculo histórico. 

Shaúl, quien sale a la guerra como rey, a la cabeza del pueblo de Israel, conduce al pueblo a una derrota inevitable. Mientras que David, por su parte, con su acto “traidor” con  los Pelishtim, los filisteos, fortalece a Israel y los lleva a la victoria. 

 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, extraido del libro “Oz Lamelej-Iyunim besefer Shmuel”, Ediciones Midreshet Hagolan. 

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